Arte islámico

El arte islámico tiene una cierta unidad estilística, debido al desplazamiento de los artistas, comerciantes, mecenas y obreros.

Son los conocidos como pilares del islam: profesión de fe, oración, limosna, ayuno y peregrinación a La Meca.

Refleja, al mismo tiempo, la tendencia anicónica latente en el islam desde los primeros momentos, si bien, no por ello, la figuración dejó de contar con cierta presencia aunque en ámbitos restringidos.

La oración o salat es el precepto según el cual los musulmanes deben orar regularmente cinco veces al día.

Ello exige un estado de limpieza ritual o abluciones, un espacio suficiente para prosternarse e inclinar la cabeza hasta el suelo y una correcta orientación hacia La Meca.

Las mezquitas suelen contar con un patio (sahn) en el que existe una fuente (mida) para las abluciones o limpieza corporal.

La religión, así pues, constituye el gran elemento unificador del amplio territorio y el dilatado marco temporal -siglo VII hasta la actualidad- por el que se ha expandido el islam.

Lógicamente, las condiciones geográficas - desde desiertos a zonas mesetarias o montañosas- así como los factores históricos y los consiguientes sustratos de civilización preexistentes en cada ámbito cultural han incidido de forma decisiva en las expresiones artísticas, determinando su diferente evolución y sus distintas peculiaridades.

Al contrario, mediante la selección de entre un vasto repertorio y su utilización adecuada a su diferente función, ha logrado un arte profundamente original.

[1]​ Construida con materiales perecederos (madera y barro), la casa del Profeta no sobrevivió por mucho tiempo, pero está descrita con detalle en las fuentes árabes.

[9]​ Los Castillos del desierto en Jordania nos ofrecen mucha información sobre la arquitectura civil y militar de la época, aunque su función exacta está aún en estudio: ¿parada para las caravanas, lugares de descanso, residencias fortificadas, palacios con fines políticos que permitían la reunión entre el califa y las tribus nómadas?

La conocemos por varias fuentes, que la describen como una ciudad circular en cuyo centro se construyeron grandes mezquitas y palacios.

[17]​ El estuco también se encuentra en el arte mobiliario desde el Egipto tulunida hasta Irán, sobre todo acompañando a la madera en la decoración.

[22]​ El brillo metálico habría nacido en el siglo IX, tal vez por la incorporación a la cerámica de un producto ya existente y que era utilizado en el vidrio.

[24]​ También se producía vidrio transparente u opaco, decorado por soplado en un molde o mediante la adición de otros elementos.

Desde su capital Fez participaron en muchas expediciones militares, tanto en España como en Túnez, de donde no pudieron desalojar a los hafsides, una pequeña dinastía firmemente establecida allí.

Los meriníes vieron disminuir su poder a partir del siglo XV y fueron sustituidos de forma definitiva por la dinastía Sharifs en el 1549.

Este gobierno paradójico se sostuvo casi tres siglos, hasta el 1517, y dio lugar a una arquitectura muy abundante en piedra, compuesta por grandes complejos hechos para los sultanes o emires, especialmente en El Cairo.

[41]​ Sin embargo, existe una importante influencia persa y la vuelta a las tradiciones ya establecidas, como el plano iraní.

También, durante esa dinastía nació el arte del libro persa, en importantes manuscritos como el Jami al-tawarikh mandado hacer por el visir Rashid al-Din.

Se desarrolló también una importante orfebrería y la mayor parte de sus obras muestran una fuerte influencia china.

Es, en parte, el período Timurida el que dio cohesión al arte persa, permitiéndole florecer más tarde en el gran imperio de los Sefávidas.

[45]​ La India, conquistada por los gaznávidas y gúridas en el siglo IX, no se independizó hasta el año 1206 cuando los Muizzî o reyes-esclavos, llegaron al poder, marcando el nacimiento del sultanato de Delhi.

Más tarde, surgieron otros sultanatos competidores en Bengala, Cachemira, Guyarat, Jawnpur, Malwa y en el norte del Deccan (Bahmanidas).

[52]​ En la India mogol los planos se fueron alejando gradualmente del modelo iraní, destacando mucho en sus edificios la cúpula bulbosa.

Las religiones han jugado un papel importante en el desarrollo del arte islámico, que a menudo se ha utilizado con fines sagrados.

La literatura persa, como el Shahnamé , la epopeya nacional compuesta a principios del siglo X por el poeta persa Ferdousí, los Cinco Poemas o Jamsé de Nezamí en el (siglo XII), es también una fuente importante de inspiración para muchos motivos que se encuentran tanto en el arte del libro como en los objetos (cerámicas, tapices, etc ).

[63]​ Sin embargo, la historia del arte islámico como una ciencia es una disciplina muy reciente en comparación, por ejemplo, con la de otras artes antiguas.

Nacida en el siglo XIX e impulsada por el movimiento orientalista, esta disciplina evolucionó marcada por muchos vaivenes, debidos a acontecimientos políticos y religiosos mundiales.

A pesar del contexto actual, los principales yacimientos están siendo excavados en todo el mundo islámico desde Pakistán hasta el Magreb.

Azulejo de lacería .
Copa con pétalos de rosa, (siglo VIII / siglo IX ), Irán .
Gran Mezquita de Córdoba , sala de oración.
Píxide de Al-Mughira , 968, caja de marfil omeya expuesta en el Museo del Louvre .
Baptisterio de San Luis , arte Mameluco ( principios de siglo XIV . ).
Azulejo esmaltado del camello, Irán. Siglo XIV . Museo del Louvre .
La construcción de un muro, de Behzad .
Minarete de Mequinez , Marruecos .
Detalle de una pintura árabe, (siglo XIII ).
Aspersorio de vidrio soplado, siglo XII – siglo XIII .
Shahnameh , finales del siglo XVI .
Caligrafía tuluth. Mequinez, Marruecos.
Tiesto de las aves, Siria , de principios de siglo XIII , Museo del Louvre .