Estaba encabezado por Ibn Túmart quien procedía de un medio tribal del Alto Atlas.
Su continuador, Abd al-Mumin, se nombró califa, tomó Marrakech en 1147 y emprendió la conquista del resto de imperio incluyendo Túnez.
Al-Ándalus fue incorporada definitivamente por su sucesor Abu Yaqub Yúsuf quien eligió, en 1172, Sevilla como capital del nuevo imperio.
Desarrolla los patios cruceros que ya habían hecho su aparición en Medina al-Zahra aunque es, en estos momentos, cuando adquieren un gran protagonismo.
Aparecen complejas puertas en recodo para que los atacantes al avanzar dejen uno de sus flancos al descubierto; torres poligonales para desviar el ángulo de tiro; torres albarranas separadas del recinto murado pero unido a él en la parte superior mediante un arco superior y cuya proyección hace que aumente su eficacia defensiva respecto a una torre normal; muros corachas que discurren perpendiculares al recinto murado al objeto de proteger una toma de agua, una puerta y evitar el cerco completo; así como barbacanas o antemuros.
Ello se tradujo en la aparición de motivos amplios que dejan espacios libres en los que triunfan el entrelazo geométrico, las formas vegetales lisas y el rasgo ornamental más novedoso, la sebqa.
Estas armaduras estaban llamadas a adquirir un gran protagonismo en el arte mudéjar.