La Alcazaba se erigió en un lugar estratégico para el control del paso natural norte-sur y este-oeste.
[6] La ciudad de Batalyaws, el Badajoz actual, fue fundada por Abd-al Rahman Ibn Marwan, en el año 875, reinando el emir cordobés Muhammad I, sobre un asentamiento visigodo anterior.
Tras encabezar varias rebeliones, Ibn Marwan no pudo volver a su lugar de residencia (Mérida), aunque sí se le permitió fundar una nueva ciudad; solicitó al emir construir la ciudad en el actual Cerro de San Cristóbal, pero no se le permitió construir en ningún otro sitio que en el "Cerro de las Muelas", en la margen izquierda del río Guadiana.
Desde la fundación, y debido a su situación estratégica con la frontera con Portugal, la ciudad ha tenido un marcado carácter de plaza fuerte.
Las murallas de la Alcazaba han llegado hasta nuestros días prácticamente con la misma conformación que tenían originalmente en el período almohade.
Así podemos encontrar zonas con diferentes acabados superficiales, además del encintado mencionado anteriormente.
Varios tramos del adarve cuentan con almenas, con merlones lisos o con albardillas (piezas piramidales).
En la segunda, encontramos la plataforma para la artillería y almenas modificadas para permitir el uso de los cañones.
En la zona inmediata a El Metido la muralla árabe fue destruida durante la Guerra de la Independencia Española.
Desde esta pasarela podemos observar el interior del patio donde se encuentran las puertas de El Metido.
El segundo puente se encuentra unos metros más arriba, una vez pasada la Torre de la Siete Ventanas.
Ambos puentes están sustentados por arcos de medio punto realizados en ladrillo, y ambos son obra almohade del siglo XII.
El tramo peor conservado es el que se encuentra entre El Metido y la Puerta del Alpéndiz, el cual ha sido recuperado solo parcialmente.
En las zonas del Cerro de la Muela con menor pendiente las murallas cuentan con torres para aumentar la protección en flancos débiles o estratégicos.
El interior del Antiguo Hospital Militar (hoy Biblioteca de Extremadura) conserva los restos del Palacio de Ibn Marwan que se asentó en este lugar hasta la conquista cristiana en el siglo XIII.
Aún se conservan restos de ese color en el extremo cercano a la puerta del edificio.
En el frente del escalón se nota todavía, también en la parte conservada bajo el suelo, una ornamentación pintada en color rojo y blanco.
La planta es trapezoidal y en su fachada principal, orientada al sureste, se desarrolla un gran arco rebajado de doble rosca.
Como algo característico, el Palacio presenta al exterior una decoración a base de esgrafiados.
Durante el siglo XIX se utilizó como cementerio, estando enterrada en ella personajes de la ciudad como el capitán general Arco Agüero.
El edificio tiene forma de cuadrado, con un gran patio central, y posee además dos prolongaciones hacia el lado suroeste.
En la parte inferior del pabellón se encuentra un aljibe subterráneo, cuyo brocal de acceso está junto a la entrada.
Su planta es rectangular, y el interior se halla dividido en dos depósitos de igual tamaño comunicados entre sí por un muro con pasillo superior central que recorre toda su anchura.
Está previsto que este gran espacio diáfano se utilice como ampliación del Museo Arqueológico Provincial.
Sin embargo, distintas intervenciones en los últimos años han hecho que la Alcazaba vuelva a relucir como en tiempos antiguos.
Con cada intervención salen a relucir elementos que permiten comprender mejor la estructura urbana y social de sus primero moradores.
Otro punto de interés es un agregado a la muralla, donde se ve fue un arco y una puerta para cobrar el portazgo.
Estos restos permanecieron ocultos hasta los años 1977-1982, cuando se realizaron unas excavaciones arqueológicas junto al alpéndiz.
Esta torre fue desmochada y enterrada durante la construcción del Semibaluarte de San Antonio.
Se sabe por la cartografía militar que estas torres estuvieron en uso incluso hasta la Guerra de la Independencia (siglo XIX).