La arquitectura románica se extendió en España en la mitad norte llegando hasta el río Tajo, en plena época de Reconquista y repoblación, en especial tras la conquista de Toledo (1085) que aseguró la paz al norte del Duero y favoreció en gran medida su desarrollo.Dejó su huella especialmente en edificios religiosos (catedrales, iglesias, monasterios, claustros, ermitas…) que son los que han llegado al siglo XXI mejor o peor conservados, pero se construyeron también en este estilo monumentos civiles correspondientes a su época, aunque de estos últimos se conservan bastantes menos (puentes, palacios) y militares (murallas como las de Ávila, castillos de Pedraza y Sepúlveda y torres).En algunas zonas, hubo una verdadera fiebre constructiva, como el románico palentino del que hay más de seiscientas iglesias catalogadas.Algunas iglesias y catedrales, en el siglo XIII, ya anuncian la transición al gótico, como las de Ciudad Rodrigo o Ávila.Es frecuente la presencia de torres altas y cuadradas, con ventanas en lo alto, que recuerdan a los minaretes musulmanes.En el sur aparecen las influencias arte islámico, pero donde más se nota esa influencia es en el románico mudéjar o «románico de ladrillo», un arte urbano cuyos templos tienen la estructura de las iglesias cristianas y los motivos decorativos islámicos.Europa había asumido en los siglos anteriores la decadencia del esplendor carolingio soportando al mismo tiempo los ataques normandos y húngaros (los magiares llegaron hasta Borgoña) que destruyeron bastantes de sus monasterios.Debido a las mismas circunstancias, el mundo del comercio se vio incrementado y todo este trasiego de gente llevó y difundió los nuevos estilos de vida entre los que se encontraba la renovadora forma del estilo románico.[10] Además de las técnicas lombardas, la arquitectura inicial catalana se vio mezclada con tradiciones indígenas, visigodas y mozárabes.Este hecho llegó en algún caso a suponer un verdadero conflicto, pues era necesario que el maestro heredero de la obra ocupase la vivienda.En otros casos es el estudio sistemático de la escultura junto con la arquitectura lo que hace a los historiadores sacar las conclusiones.Abad Oliba: Este personaje fue mecenas, promotor y gran impulsor del arte románico en Cataluña desde fecha muy temprana.Oliba adoptó pues las normas de Cluny, tanto en arquitectura como en costumbres y bajo su patrocinio y dirección se llevaron a cabo las grandes reformas, los edificios nuevos o en otros casos las simples ampliaciones para adecuarse a las necesidades de los nuevos tiempos.En España no se distinguen fácilmente escuelas geográficas de arquitectura como ocurre en Francia, porque todos los tipos que pueden darse aparecen mezclados.Los primeros edificios tenían gruesos muros y pequeños vanos por los que entraba del exterior una tenue luz.Después hubo una evolución en la construcción de los muros que permitió aligerarlos y abrir ventanas más grandes.El acabado final era de pintura y revoco, tanto para la piedra como para el mampuesto y los demás materiales, de tal forma que, una vez pintados los paramentos, no se podía distinguir si debajo había uno u otro material.En algunas iglesias destruidas no queda más que esta cimentación proporcionando a los arqueólogos un buen material de estudio.Con estos restos de cimientos a la luz se puede conocer aproximadamente el espesor de los muros, aunque se sabe que en este sentido los constructores exageraban bastante y hacían las zanjas excesivamente profundas y los cimientos excesivamente gruesos por temor a los derrumbes.Los contrafuertes son gruesos muros continuos, verticales, que se colocan a los lados de un arco o bóveda para contrarrestar su empuje.Las torres sirven como campanarios, sobre todo en el románico de Castilla y León; son las llamadas turres signorum.Los templos de la primera etapa del románico español son sencillos, con una única nave rematada por un ábside semicircular (sin transepto), el usado siempre en las pequeñas iglesias rurales.Este recurso fue adoptado también en las grandes catedrales (Tarragona, Lérida, Orense y Sigüenza), incluso con girolas a donde se abrian una serie de absidiolos-capilla.Al principio la arquería del triforio no se hizo calada, pero después se pensó que podría servir para proporcionar luz y ventilación, dejando al mismo tiempo un paso para servicios y vigilancia del edificio.Las galerías exteriores son construcciones típicas del románico español que no aparecen en otros países.La portada abarca todo el grosor del muro recurriendo a las arquivoltas para que no resulte la forma de un túnel; son los llamados arcos abocinados.Este palacio está considerado sin embargo como uno de los pocos ejemplares del románico civil.En realidad se trata de un complejo recinto compuesto por iglesia, convento, hospedería, puebla y perímetro externo, todo fuertemente fortificado.Su observación minuciosa permite ver entre otras cosas las conocidas marcas de cantero que tantas discusiones y teorías han suscitado.Su estudio ha dado a conocer los recursos técnicos usados y las herramientas concretas utilizadas en determinados bloques de piedra.
Santo Domingo de Soria
, inspirada en
Nuestra Señora de Poitiers
y hecha por maestros poitevinos, uno de los mayores logros del románico español (para
Gaya Nuño
«...su distribución decorativa es la más rica, la más homogénea y armoniosa de la
península
, y no reconoce como más bella ni a la de Ripoll»)
Catedral de Santiago de Compostela, triforio sobre la nave lateral.
Fachada de la iglesia románica de Santo Domingo en Soria. Pueden verse las ménsulas de piedra (junto a los modillones) que sirvieron en su día para sujetar un pórtico de madera