[2] Al eje principal del templo, corre paralela una cercana calle medieval denominada Rúa de los Francos.
[3] La iglesia parece haberse edificado en dos periodos: el primero de influencia románica; el segundo en el gótico.
[6] El templo, al igual que otras iglesias zamoranas, no posee inscripciones o escritos que documenten haciendo constancia exacta tanto del inicio de su construcción, como el de su cerramiento.
La iglesia parece haberse edificado en dos periodos: el primero de influencia románica, el segundo en el gótico.
Esto hace suponer que la iglesia existía en servicio a finales del reinado de Alfonso IX.
En 1910 José Ramón Mélida redacta un informe dirigido a la Real Academia de la Historia proponiendo su declaración como Monumento Nacional.
No siendo suficiente se derrumbó la bóveda en una fecha indeterminada siendo reemplazada por una simple cubierta de madera.
El edificio es de gran belleza debido a la iconografía románica que lo decora.
La puerta más antigua es la meridional (que da a la calle "Rua de los Francos"), cuyos adornos tallados representan el paraíso celestial.
En el mobiliario interior destaca que no cuente con ningún tipo de retablo.
El alzado presenta un primer cuerpo con baldaquinos, originario del siglo XII, uno segundo con altas columnas y, por último, un remate con diversos canecillos.
La talla está tratada magníficamente en cuanto a las telas y los marfiles representados, siendo considerada una pieza de importancia capital.
El edificio cuenta con la máxima calificación monumental desde el año 1910, por lo que su estado de conservación es excelente.
Turísticamente es un reclamo de gran importancia, siendo visitable a determinadas horas del día.