Saint-Guilhem-le-Désert (Sant Guilhèm dau Desèrt en occitano) es un pequeño pueblo medieval y comuna francesa, situada en el departamento francés de Hérault y la región de Occitania, en el valle del río Verdus que desemboca en el río Hérault.
Sus habitantes reciben el gentilicio en idioma francés de Saint-Guillaumois.
Tras destacar como militar en numerosas campañas contra los sarracenos en las incursiones a Septimania, en el año 801 consiguió liberar Barcelona junto a las tropas de Luis el Piadoso, rey de Aquitania, convirtiéndola en la capital de la Marca hispánica y alcanzando así todos los honores.
[3] Tras este episodio decidió deponer las armas y, guiado por Benito de Aniane, fundó un monasterio prerrománico en la soledad del valle del Gellone, instaurando un culto popular, la veneración a la Vraie Croix, pertenencia de Carlomagno.
Tras su fallecimiento, en el año 812, sus gestas fueron loadas por trovadores y se forjó toda una leyenda a su alrededor, como gran señor feudal y como un santo a venerar, afirmándose el sentido espiritual e influyendo consecuentemente en considerar el monasterio fundado por Guilhem, como uno de los más significativos lugares en la ruta del camino de Santiago durante la Edad Media.