Se trata de cada uno de los salientes verticales o trozos del parapeto dispuestos a intervalos regulares entre dos cañoneras que coronan los muros perimetrales de castillos, torres defensivas, etc.[2] Los espacios abiertos que se encuentran entre los merlones se denominan usualmente cañoneras, ya que por ellos se asoman las bocas de los cañones.
Una etimología alternativa sugiere que el latín medieval merulus (mencionado desde finales del siglo X) funcionó como un diminutivo del latín merle, "mirlo", que expresa una imagen de este pájaro posado en una pared.
El merlón se desarrolló debido al advenimiento de la gran artillería a finales del siglo XVI y muy especialmente en el siglo XVIII que requería de parapetos mucho más resistentes para bastiones, baluartes y revellines que habían de resistir las andanadas de los nuevos y más explosivos ingenios bélicos de la época.
Actualmente, el uso del merlón es puramente decorativo, y tiene un periodo de renacimiento en el siglo XIX, con la arquitectura historicista del periodo romántico (especialmente el neogótico).
Al igual que los minae romanos o italianos, se distinguían tradicionalmente los siguientes tipos de merlones.