Sin embargo, el Maestre de los templarios en Portugal, Gualdim Pais decidió abandonar el castillo y construir uno nuevo en Tomar en el margen derecho del río Nabão, que además se convertiría en la sede de la orden en el país.
[2] En 1162 el Maestre concedió un fuero a los pobladores del castillo lo que indica la preocupación de los templarios en poblar y dotar la nueva población.
Desde esa fecha se han realizado numerosas campañas de restauración y consolidación del mismo.
El castillo está constituido por una doble muralla que delimitaba la primitiva ciudad intramuros y el patio de armas.
La muralla está reforzada a espacios regulares por cubos de plantas semicircular y cuadrada.
Hacia el sudeste, se abre otra explanada rematada por la Torre de Dona Caterina.
La muralla prosigue entre torreones hasta la Porta do Sangue (Puerta de la Sangre) y la Torre da Condessa.