Hasta 1935 todos los florentinos fueron bautizados en el Baptisterio ya que las otras iglesias de la ciudad no tenían derecho a la pila bautismal.
De todas formas, se sabe con certeza que un primer baptisterio octogonal fue construido aquí en el siglo IV o V de nuestra era y fue posteriormente reemplazado por otro baptisterio en el siglo VI.
Según la leyenda, los mármoles llegaron desde Fiesole, que había sido conquistada por Florencia en 1078.
Son tempranas representaciones de Marzoxxo, el león del heraldo florentino (véase Loggia dei Lanzi).
La sección del medio se caracteriza por tres arcos ocultos en cada lado, cada arco contiene una ventana.
En la parte superior, se encuentran también tres pequeñas ventanas, cada una en el bloque central.
Los ocho paneles inferiores retratan virtudes (esperanza, fe, caridad, humildad, fortaleza, templanza, justicia, y prudencia).
Brunelleschi se desilusionó tanto por este resultado que partió a Roma para estudiar la arquitectura clásica.
Fueron esculpidos por Franceso Rustici y son superior a cualquier escultura que él mismo hubiera realizado antes.
Rustici puede haber sido ayudado en su diseño por Leonardo da Vinci, quien lo asistió en la elección de sus herramientas.
Ghiberti ahora era ampliamente reconocido como una celebridad y el artista más prominente en este campo.
En 1425 tuvo una segunda adjudicación, esta vez para las Puertas este del baptisterio, donde él y su taller (incluyendo a Michelozzo y Benozzo Gozzoli) trabajaron durante 27 años, superándose a sí mismos.
Estas puertas tenían diez paneles representando escenas del Antiguo Testamento, y fueron a su vez instaladas en el lado este.
Estos paneles son rectángulos largos y no están más incrustados en el tradicional rosetón gótico, como en las puertas anteriores.
Las figuras están distribuidas en un bajorrelieve en un espacio de perspectiva (una técnica inventada por Donatello, la cual se llamó rilievo schiacciato, que literalmente significa "relieve aplanado".)
Ghiberti utiliza diferentes técnicas esculturales, desde líneas fijas hasta figuras casi libres, con los paneles acentuando aún más el sentido del espacio.
Los dos bustos centrales son representaciones del propio artista y de su padre, Bartolomeo Ghiberti.
Giorgio Vasari las describió un siglo después como "Innegablemente perfectas en cualquier sentido y debe ser colocada como la obra de arte más fina jamás creada".
Luego partió a Roma para trabajar en una nueva tarea, dejando las estatuas inconclusas.