[1] En 535, el emperador bizantino Justiniano I hizo de Sicilia una provincia bizantina o Tema con capital en Siracusa, y por segunda vez en la historia siciliana, la lengua griega se convirtió en un sonido familiar en la isla, después de que vándalos, primero, y ostrogodos, después, la arrancaran del Imperio romano.
En su lugar, se hicieron acuerdos comerciales con los bizantinos que permitieron a los mercaderes árabes comerciar con ellos en los puertos sicilianos.
Eufemio se rebeló, asesinó a Constantino y ocupó la capital, Siracusa.
Consiguió con éxito controlar las continuas revueltas de los bizantinos y fundó su propia dinastía Saqlis.
Con el emir Hasan as-Samsam (1040-1053) la isla se había fragmentado en varias pequeñas taifas o feudos cuasiindependientes.