Justiniano I

Su reinado está marcado por el ambicioso, aunque parcial, recuperatio Imperii, o "restauración del imperio".

[4]​ Durante su reinado, Justiniano también conquistó a los Tzani, un pueblo de la costa este del Mar Negro que nunca antes habían estado bajo control romano.

[8]​ Justiniano nació en una pequeña aldea dacia llamada Tauresio junto a las ruinas de Sárdica (la moderna Sofía en Bulgaria),[9]​[10]​ alrededor del año 482.

Otro cronista contemporáneo, Procopio, compara su apariencia con la del emperador tiránico Domiciano, aunque en este caso es probable que se trate de una calumnia.

Alrededor del año 525 contrajo matrimonio con su amante, la emperatriz Teodora, una exactriz y cortesana veinte años más joven que él.

[25]​[26]​ Teodora se volvería una figura muy influyente en la política imperial, y emperadores posteriores seguirían el precedente creado por Justiniano para casarse con mujeres no pertenecientes a la aristocracia.

Teodora murió en 548, puede que de cáncer,[29]​ a una edad relativamente joven y Justiniano la sobrevivió casi veinte años.

Estos sentimientos son aprovechados por la administración justiniana para realizar, precisamente, una política en consonancia con ellos (fuese sincera o interesada).

[42]​ Al igual que ocurrió en África, los problemas dinásticos en el reino ostrogodo de Italia supusieron una oportunidad para la intervención militar del imperio bizantino.

Para entonces, Teodato había sido depuesto por su ejército, que eligió al rey Vitiges, comandante de su guardia personal, en su lugar.

Belisario fingió aceptar la oferta y entró en la ciudad en mayo de 540, para reclamarla en ese momento para el imperio.

Al no lograr avances, se le privó del mando en 548, aunque antes venció en una batalla naval que libró contra doscientas naves godas.

Roma perdió su entidad urbana y dejó de ser la ciudad por antonomasia del mundo mediterráneo.

[52]​ Adicionalmente a las otras conquistas efectuadas, el imperio logró establecer su presencia en una parte de la Hispania visigoda.

[54]​ En sus esfuerzos por renovar el Imperio romano, Justiniano estiró peligrosamente sus recursos sin tener en cuenta las realidades de la Europa del siglo VI.

No obstante, cinco años más tarde fue modificado por haber quedado anticuada la primera recopilación de las leyes.

Están divididas en cuatro libros, abordando los temas esenciales del arte jurídico: las personas, las cosas y las acciones.

[59]​ En la Edad Media se comenzó a incluir, integrando el Corpus iuris civilis, un cuerpo legislativo comprensivo de una serie de constituciones dictadas con posterioridad a los códigos (Vetus y Novis), las Quinquaginta decisiones, el Digesto y las Institutas.

Y fueron publicadas con carácter privado por algunos autores con el nombre de Novelles o Novellae leges (Nuevas leyes).

Justiniano continuó esta política, e intentó imponer la unidad religiosa a sus súbditos mediante compromisos doctrinales que pudieran ser válidos para todos, política que se demostró inútil al no satisfacer a ninguna de las partes implicadas.

La emperatriz Teodora simpatizó desde el principio con los monofisitas y se dice que pudo haber sido una fuente constante de intrigas promonofisistas en la corte imperial durante los primeros años.

En el curso de su reinado, Justiniano, que tenía un genuino interés en temas teológicos, llegó a escribir diversos tratados en la materia.

Desde mediados del siglo V en adelante, los emperadores de oriente se enfrentaron en labores cada vez más arduas en materia eclesiástica.

El reconocimiento de la Santa Sede como la más alta autoridad eclesiástica[68]​ se mantuvo como la piedra principal de su política occidental, si bien Justiniano se vio en cualquier caso lo suficientemente libre como para adoptar posturas despóticas en relación con algunos papas como Silverio o Vigilio.

Su principal objetivo fue ganar el apoyo de los monofisitas, sin llegar a aceptar la fe calcedonia.

El Codex recogía dos leyes[71]​ que decretaban la destrucción total del paganismo, incluso en la vida privada, y sus disposiciones serían celosamente puestas en práctica.

Justiniano les hizo frente con rigurosos edictos, pero no pudo evitar que a finales de su reinado se produjesen hostilidades contra los cristianos en Samaria.

[89]​ Al igual que había ocurrido históricamente, la salud económica del imperio estaba basada esencialmente en la agricultura.

Justiniano hizo este tráfico más eficiente construyendo un gran granero en la isla de Ténedos para almacenamiento y posterior transporte a Constantinopla.

[90]​ Justiniano también intentó encontrar nuevas rutas para el comercio con oriente, que se estaba viendo muy perjudicado por las guerras contra los persas.

Antigua ciudad de Tauresio , ciudad de nacimiento de Justiniano I, en la actual Macedonia del Norte .
Mapa del Imperio romano de Oriente en 550 d. C. En verde las conquistas durante el reinado de Justiniano I.
Imagen de Justiniano en edad avanzada; mosaico en la basílica de San Apolinar Nuovo , en Rávena (posible retrato modificado de Teodorico el Grande .
Dibujo de un medallón en el que se celebra la reconquista de África, c. 535.
Tremís visigótico acuñado en nombre del emperador Justiniano I en el siglo VII . Museo Británico .
Díptico Barberini , que se cree que representa a Justiniano o a Anastasio I.
Imagen de Justiniano I en una moneda de la época.
Díptico consular en el que figura el nombre completo de Justiniano (Constantinopla 521).
Justiniano fue uno de los primeros emperadores romanos en ilustrar sus monedas con la cruz en el anverso.
Moneda de oro de Justiniano I (527-565) excavada en India , probablemente en el sur. Se trata de un ejemplo del comercio indo-romano durante el periodo.
Escena de la vida diaria en un mosaico del Gran Palacio de Constantinopla , comienzos del siglo VI .