Entre los inspirados por su ejemplo estuvo el monje irlandés Sidonius, que fundó el monasterio de Saint-Saëns.
En el siglo IX fue saqueado y quemado hasta los cimientos por los vikingos, pero se reconstruyó a mayor escala por el duque Guillermo I de Normandía.
Era especialmente renombrada por su caridad hacia los pobres, llevando el nombre popular de Jumièges l'Aumônier.
Muchos otros llegaron a ser obispos de distintas diócesis francesas, y algunos alcanzaron la dignidad cardenalicia.
[7] El novelista francés Roger Martin du Gard, ganador del premio Nobel, dedicó su disertación al estudio arqueológico de las ruinas.