Hugonotes

A partir del siglo XVII, los hugonotes serían denominados frecuentemente Religionnaires, ya que los decretos reales —y otros documentos oficiales— llamaban al protestantismo en forma desdeñosa como una «pretendida religión reformada».

El porqué de la denominación no es bien conocido, pero al igual que la mayoría de los apodos dados por la mayoría católica a los protestantes en diversos países, hugonote habría tenido en su origen un sentido peyorativo que el siglo XVI explicó diciendo que el término era sinónimo de «partidario del diablo».

Las fuentes actuales apuntan hacia otro posible origen etimológico del término «hugonote».

El historiador H. G. Koenigsberger, entre otros, en su obra El mundo moderno (1500-1789), sostiene que el nombre podría provenir de la palabra alemana Eidgenossen, o sea, 'confederados', nombre que utilizaba el partido de patriotas ginebrinos que se aliaron con la confederación de cantones suizos —que ya se habían adherido a la Reforma Protestante— para liberarse del dominio del duque de Saboya, católico, cuyos partidarios eran denominados «mammellus».

[3]​[2]​[7]​ En las minutas del Consejo de la ciudad aparecen como aguynos, y en 1520 como eyguenots, en el patois ginebrino.

[3]​ El verdadero organizador de los reformados franceses fue Juan Calvino, prosiguiendo el movimiento iniciado por Martín Lutero en Sajonia.

Se le unieron varios discípulos, como los teólogos Guillaume Farel, Jodocus Clichtove, Gérard Roussel, Nicolas Cop, Etienne Poncher y Michel d'Arande, todos ellos miembros del Cenáculo de Meaux, una escuela impulsada y amparada por el obispo de Meaux, Guillaume Briçonnet, que les invitó a que estudiaran en su diócesis una reforma que volviese a los orígenes del cristianismo, sin por ello romper con la religión católica.

A los pocos meses Juan Calvino, que había huido a Basilea, publicó su obra La Institución de la Religión Cristiana (1535) cuyo prefacio era dirigido al rey Francisco I de Francia.

[10]​ Pero, a pesar de las persecuciones el protestantismo se introdujo en todas las provincias francesas.

Otras siguieron, en Meaux, Poitiers, Lyon, Angers, Orléans, Bourges y La Rochela.

Fortalezas que serían ocupadas a partir de 1621 por Luis XIII, comenzando por Saumur y Saint-Jean-d'Angély.

Entre 1686 y 1689 se produjo un éxodo masivo que continuó hasta las primeras décadas del siglo XVIII.

[12]​ Los que se quedaron en Francia fueron perseguidos hasta mediados del siglo XVIII.

La población protestante de Francia se estima en un millón cien mil feligreses aproximadamente,[15]​ a los que hay que añadir otros 400.000 evangélicos agrupados en la Federación Evangélica de Francia (FEF), organizada en 1969 y que abarca a unas 425 organizaciones de corte evangelicalista, es decir, que enfatizan la autoridad unívoca de la Biblia, el compromiso militante y el nuevo nacimiento, en contraposición al entronque histórico enraizado en las Reformas (Protestante y Radical) y en la herencia religiosa medieval de cátaros y hugonotes.

Puestas así las cosas, concluía que «no estamos en competencia con la Federación Evangélica de Francia».

Cruz hugonote utilizada entre los siglos XVII y XVIII . Actualmente es el emblema de la Iglesia Reformada de Francia.
Principales centros hugonotes en el siglo XVII hasta el Edicto de Nantes de 1685.