Ateísmo en la Ilustración

[cita requerida] Durante la reforma protestante, Europa era una sociedad persecutoria, que no toleraba minorías religiosas ni ateísmo.

Marisa Linton, apunta que era una concepción extendida que la diversidad religiosa llevaría a una hipotética guerra civil[7]​ De acuerdo con Justin Champion, la pregunta en Inglaterra no era determinar la verdad religiosa, si existía Dios o no, sino más bien comprender como el clero se había hecho con el poder hasta ser capaz de determinar lo que se aceptaba como verdad.

[11]​ En la mitad del siglo XVIII, los intelectuales jansenistas comienzan una campaña de tolerancia religiosa para los calvinistas.

[14]​ Sin embargo, en 1787 Luis XVI, firmó un Edicto de Tolerancia dando derechos civiles al matrimonio y la propiedad privada, aunque aún estaba prohibido el derecho al culto de las minorías y no podían ser profesores ni trabajar en organismos públicos.

En 1768 Diderot le escribió a Sophie Volland en correspondencia sobre tres desafortunados: un joven aprendiz que había conseguido dos ejemplares del Cristianismo desenmascarado, un buhonero y su mujer.

D'Holbach y Denis Diderot fueron dos de las escasísimas personas que se identificaron a sí mismas como ateas en Europa durante este periodo.

Tras la disputa se publicaron muchos ensayos tanto a favor como en contra de Fichte.

Su orientación filosófica suele llamarse panteísmo, término acuñado por John Toland tras la muerte de Spinoza.

Si panteísmo constituye ateísmo o no, es un debate aún a día de hoy.

[19]​ Pierre Bayle (1647–1706) fue ampliamente acusado por su adopción de la tolerancia religiosa aunque él se consideraba hugonote.

En su Dictionnaire historique et critique establecía que mientras los ateos eran «excesivamente ciegos e ignorantes sobre la naturaleza de las cosas»,[20]​ existen muchos ateos «a los que no se puede distinguir por sus vicios»[21]​ y «si los ateos existen y hablan con moralidad y son bien dispuestos, entonces la conclusión es que el ateísmo no es una causa necesaria de inmoralidad, sino simplemente un incidente a la vista de todas aquellas personas inmorales en disposición o temperamento, ateas o no»[22]​ En respuesta a las críticas sobre él, incluyó el ensayo Clarifications: On Atheists en la edición de 1702 del diccionario.

El salón se convirtió en un punto de encuentro para los ateos parisinos más prominentes.

Es conocida una anécdota según la cual supuestamente D'Holbach le dijo a David Hume, que afirmaba no creer en nada, que de los dieciocho invitados en su salón, quince eran ateos y tres no se habían decidido todavía.

El salón era un lugar donde se discutía con franqueza acerca del ateísmo, y tanto los invitados ateos o creyentes parecen haber pasado buena parte del tiempo discutiendo de forma cordial acerca de sus respectivas posiciones.

Portada del libro de Richard Bentley The Folly of Atheism (Boyle Lectures, 1692).