Materialismo

De acuerdo con el materialismo, las causas últimas deben buscarse en factores medibles o aprehendibles empíricamente.

O puede que hayan interpretado estos elementos desde un punto de vista netamente simbólico.

En la cultura babilónica, por ejemplo, nos encontramos con el astrónomo Seleuco (siglo II a. C.) quien ya en ese entonces formuló conjeturas acerca de la estructura heliocéntrica del mundo.

En la India Antigua aparece a mediados del I milenio a. C. en la doctrina Lokaiata (o escuela de los chārvākas) que sostenían que el mundo era material, compuesto de cuatro elementos primigenios: la tierra, el agua, el fuego y el aire.

A medida que se desarrollaba la filosofía hindú antigua, la concepción de la materia compuesta por los cuatro elementos (fuego, aire, agua y tierra) fue sustituida por representaciones más desarrolladas basadas en la estructura atomista del mundo.

En la China Antigua encontramos la doctrina materialista en la teoría del conocimiento de Mozi (479-381 a. C.) en oposición a Confucio.

El movimiento, según los taoístas, es regido por el Tao (ley natural), que si bien es un concepto abstracto y metafísico, es al mismo tiempo anti-espiritista ya que al Tao se lo considera inmaterial pero natural, y no de origen divino o sobrenatural, por lo que la cosmovisión taoísta resulta en una dialéctica materialista-metafísica, dualmente naturalista y no espiritista.

Desde el siglo VI a. C. la filosofía se desarrolla con mayor ímpetu en la Grecia Antigua y post moderna.

Según esta doctrina todo se encuentra en constante rotación, una cosa surge del apeiron y otra desaparece y se descompone transformándose en apeiron, lo cual siguiendo un curso materialista hace uno de los primeros intentos de representar el mundo dialécticamente, en movimiento.

Anaxímenes tomó como sustancia primordial el aire, cuyo movimiento condiciona el surgimiento y la desaparición de las cosas.

Otro filósofo griego que hizo grandes aportes a la doctrina materialista fue Heráclito de Éfeso (ca.

Finalmente dentro de la corriente materialista aunque un tanto más inconsecuente encontramos al filósofo griego Epicuro (342-270 a. C.).

Influenciado por el atomismo de Demócrito, sostiene que toda la realidad está formada por dos elementos fundamentales.

Los pensadores materialistas de aquella época intervinieron contra ese misticismo e idealismo.

Los confucianos de los siglos VII a IX adelantaron algunas proposiciones materialistas pero más tarde renunciar, culminando con una doctrina idealista neoconfucionista.

Fundó una academia filosófica en la que por oposición al aristotelismo medieval se propagaba el estudio empírico de la naturaleza.

En su libro titulado La expulsión de la bestia triunfante (1584) desenmascara al papado y a la religión católica.

Según el pensamiento de Giordano Bruno: (Galileo Galilei, Francis Bacon, Thomas Hobbes, Pierre Gassendi, John Locke, Baruch Spinoza).

Defendía el mundo material infinito y eterno siendo una de sus propiedades fundamentales el movimiento, que Bacon reducía a unas cuantas formas.

Estableció como único método científico del saber el matemático, sostenido en las operaciones de sumar y restar.

[7]​ Afirmó que un observador solo puede conocer objetos materiales a través del cerebro y su particular organización.

El antropólogo materialista y ateo Ludwig Feuerbach (siglo XIX) señalaría un nuevo cambio en el materialismo en su libro Das Wesen des Christenthums (La esencia del Cristianismo, 1841), que proporcionó una visión humanista de la religión como la proyección externa de la naturaleza interior del ser humano.

Más recientemente, pensadores como Gilles Deleuze han intentado repensar y fortalecer las ideas clásicas del materialismo.

[10]​ Entre los representantes del nuevo materialismo están Rosi Braidotti, Manuel de Landa, Karen Barad, Quentin Meillassoux,[11]​ Jacques Lacan y Judith Butler.

En España, un representante actual del materialismo con una línea de pensamiento similar es por ejemplo Martín López Corredoira,[13]​ [14]​ [15]​ [16]​ al abogar por una visión del mundo en la que todo lo existente es materia-energía física siguiendo sus correspondientes leyes naturales y excluyendo la posibilidad de cualquier otro ente no-material (mente, libre albedrío, persona en tanto que ser con identidad propia, sentimientos,...), o relegándolo a mera representación mental de algo inexistente en sí.

El materialismo ha sido entendido frecuentemente como una forma enteramente científica de ver el mundo, particularmente por pensadores religiosos que se le oponen y por marxistas.

El materialismo como principio filosófico típicamente contrasta con el dualismo, la fenomenología[cita requerida], el idealismo y el vitalismo.

La definición de «materia» en el materialismo filosófico moderno comprende a todos los entes científicamente observables[cita requerida], los estromas,[17]​ como la energía, fuerzas y la curvatura del espacio.

Aparte, este último autor entiende que algo sería material simplemente si una cosa puede variar en sus espacios de estados.

[20]​ En el lenguaje común es usado como una etiqueta peyorativa para un estilo de vida que busca riqueza, dinero y comodidades en lugar del desarrollo espiritual o mental.

Los eliminativistas argumentan que la creencia moderna en la existencia de fenómenos mentales es análoga a la antigua creencia en teorías obsoletas como el modelo geocéntrico del universo.