[10] Romero promueve una forma de filosofía que denomina ‘filosofía científica’,[11] que consiste en abordar cuestiones muy generales del mundo, el entendimiento o la acción social con hipótesis y teorías que sean formuladas con claridad (minimizando la vaguedad) e incluso exactificándolas lógico-matemáticamente si hace falta, y siempre teorizada en relación con las ciencias (naturales, biosociales y/o sociales) de su tiempo.
No se trata de una filosofía a priori ni puramente analítica, sino también sintética.
Su enfoque podría, pues, caracterizarse como "analítico-sintético", en la tradición de autores como Roy Wood Sellars.
Específicamente, Romero defiende el materialismo no-reduccionista como filosofía, según el cual no hay entidades conscientes incorpóreas[12] ni cosas o rasgos inmateriales en el mundo real (i.e.
Apoya el materialismo sobre los avances científicos y tecnológicos modernos, pues todos asumen una realidad en la que sobre los experimentos y artefactos de ingeniería no pueden intervenir entidades mágicas (que salgan o vuelvan a la "nada") o sobrenaturales (más allá de lo que es material o cambiante), y donde se manejan principios tácitos que pueden colisionar con, o al menos restar más apoyo a ciertas ideas religiosas y filosofías de corte inmaterialista.
Según tal corriente filosófica, todo lo real es material o cambiante, y todas las cosas materiales constituyen sistemas en distintos niveles de propiedades emergentes (propiedades que poseen los sistemas una vez ensamblados pero no sus constituyentes).
Para justificar tales ideas y sus diferencias con otros autores, Romero recurre a razonamientos lógicos demostrativos y refutatorios, nuevas formas de axiomatizar teorías, datos recientes de distintas ciencias, nuevas investigaciones, etc. Romero ha trabajado ampliamente en astrofísica de rayos gamma, neutrinos, rayos cósmicos y agujeros negros.
: cambiantes, cosas simples con cierta energía o sistemas complejos con cierto diferencial de entropía en el equilibrio termodinámico) y todas las cosas se conforman en sistemas en distintos niveles de emergencia: física < química < biología < sociedad < tecnología.
En lo global Romero acuerda con las obras precedentes sobre tal filosofía particular, sin embargo expande y corrige algunos puntos en general adoptados por la mayor parte de autores materialistas sistémicos (como Mario Bunge, Miguel Ángel Quintanilla e incluso Ferrater Mora), en específico y principalmente:[10] Romero concuerda con Bunge en que una ontología científica es una ontología que es sistemática, exacta y compatible con la ciencia actual.
;[34] en ese sentido, apoya un substantivalismo constructivo que puede reducirse a puro relacionismo de eventos.
[42][19][43] En esa misma línea, sostiene que el presentismo es incompatible con la existencia de agujeros negros,[44] argumentando (junto a Pérez) que en el horizonte de un agujero negro, la única opción viable para un presente es su propio horizonte (similar a la luz) y dado que diferentes eventos en este horizonte están co-presentes con eventos distantes separados temporalmente, nos encontramos con un problema: ahora debemos decir que los eventos separados temporalmente están co-presentes con eventos en el horizonte que están mutuamente co-presentes; entonces, por la transitividad de la co-presentidad, los eventos temporalmente separados también deben ser co-presentes.
[45] Sobre el particular, Sengers considera que los agujeros negros de Schwarzschild no representan una nueva amenaza independiente para el presentismo.
[49] En relación con si el supersubstantivalismo (con el cual se intenta demostrar que todos los campos pueden entenderse, en última instancia, como otras manifestaciones del espaciotiempo) es la ontología del mundo más fundamental, Romero considera que está lejos de ser claro.