Sustancia (filosofía)

En un sentido genérico, el término, proveniente de una traducción temprana al latín del término griego "ousia" que habría derivado, a su vez, del verbo "einai" (ser), vendría a designar a aquellas cosas de las que podemos decir que "son"; "los seres".

Desde este concepción amplia se entenderían por sustancias aquellas entidades primeras o fundacionales de un sistema filosófico como los átomos para un atomista o las impresiones e ideas para la propuesta de David Hume.

El término proviene del griego ousía, que se tradujo al latín como essentia o substantia y, por lo tanto, al español como esencia, entidad, sustancia o substancia.

El vocablo sustancia proviene de la palabra latina substantia, sustantivo abstracto derivado del verbo substare, que significa «estar debajo».

[15]​ Aristóteles, en su tratado lógico Categorías (2a11-19), caracteriza la sustancia (ousía) de la siguiente manera:

[21]​ Según Aristóteles, el sustrato del universo es una “materia prima” completamente indefinida y pasiva, la cual se reviste de una forma (hilemorfismo).

[23]​ En el Medievo el término sustancia en Aristóteles se redefine al grado de llegar a una cosificación, con esto se pierde toda noción de la sustancia como un modo del ser.

[24]​ Similarmente, Spinoza la describe como «aquello que es en sí y se concibe por sí: esto es, aquello cuyo concepto, para formarse, no precisa del concepto de otra cosa» y Leibniz como «realidad autónoma e independiente de cualquier otra».

[26]​ Sin embargo, si Dios existe por sí mismo y la mente y el cuerpo depende de este, Dios estrictamente sería la única sustancia como identifica el filósofo Spinoza, identificándolo con la naturaleza.

[27]​ Por otro lado Leibniz sostiene la existencia de infinitas sustancias simples, a las que llama mónadas, las cuales intervienen causas internas a ellas mismas, al contrario que Malebranche, según el cual Dios es la única causa de todo (ocasionalismo).

[28]​ Los empiristas Berkeley y Hume criticaron el concepto de sustancia al afirmar que es algo que no percibimos en sí mismo, siendo la sustancia reducida a un conjunto de sensaciones y percepciones.

Hegel concibe la sustancia como «la realidad mental que avanza hacia el conocimiento absoluto».

Mucho más tarde, Martin Heidegger dijo que el significado original de la palabra ousia se perdió en su traducción al latín y, posteriormente, en su traducción a los idiomas modernos.

Aristóteles entendió a la sustancia como el sujeto de predicación.
Descartes entendió a la sustancia como aquello que existe por sí mismo.