Durante ese largo período, puesto que los cristianos rechazaban sacrificar a las deidades paganas del Imperio, ejercían un discreto papel en el mundo oficial.
No se ha encontrado ningún edificio de tipo basilical aplicado a las sinagogas en Dura Europos sino en Galilea.
Las más antiguas son de alrededor del año 200, donde se ve un edificio rectangular alargado dividido en tres naves en el sentido longitudinal.
[13] Las catacumbas nacieron en Roma a finales del siglo II con el papa Ceferino (199-217 d. C.) pero ninguno de sus temas funerarios son anteriores al año 200.
Están formadas por galerías con nichos en las paredes, llamados loculi que, por lo general, estaban destinados a albergar un único cadáver, y dispuestos unos encima de otros.
El cubiculum era un tipo de cámara sepulcral que contenía varios loculi para una misma familia, eran pequeñas capillas decoradas con frescos.
Se encuentran en la Toscana, en Chiusi; en Umbría, cerca de Todi; en los Abruzzo, en Amiternum l'Aquila; en Campania, en Nápoles; en Puglia, en Canosa di Puglia; en Basilicata, en Venosa, donde las catacumbas judías y cristianas demuestran la coexistencia de las dos religiones; en Sicilia, en Palermo, Siracusa, Marsala, Agrigento; y, en Cerdeña, en Cagliari San Antioco.
Las decoraciones que se dieron a finales del siglo III eran extremadamente simples, con pinturas al fresco, mosaicos y relieves en los sarcófagos.
Fue el papa Ceferino quien, con estos terrenos en su poder, encarga al diácono Calixto que fomente un cementerio situado junto a la via Appia.
La domus ecclesiae era un tipo especial de edificio privado utilizado por los primeros cristianos para reunirse y celebrar el culto.
Esta era de un antiguo asentamiento helenístico convertido en guarnición fronteriza romana y situado cerca del río Éufrates (hoy en Siria).
Tanto el patio como esta habitación más pequeña se empleaban para la celebración de reuniones y ágapes.
Además había otra sala reservada para los catecúmenos, pero no se han encontrado vestigios arqueológicos de ninguna pila bautismal.
[34] La primera fase de la misma fue construida hacia finales del siglo III, y fue expandiéndose posteriormente hasta su destrucción por un terremoto en el año 363.
Dado que el coro, con su mesa eucarística, está inmóvil frente al ábside y nada expresaría mejor la idea de estancia divina.
Si Constantino I financió esta basílica, fue construida con economía y se ven capiteles de varios estilos que parecen rescatados.
En Salona, en Croacia, se transforma un antiguo santuario en una iglesia con tres naves enmarcadas con una doble hilera de columnas arqueadas, un ábside y una entrada abierta frente al coro.
La iglesia de los Santos Pedro y Pablo tiene un ábside tripartito en su cabecera que anuncia el modelo adoptado por la arquitectura carolingia tres siglos después.
Ha sido ampliamente modificada a lo largo de los siglos, siendo destruidos sus mosaicos originales durante la crisis iconoclasta y convirtiéndose en mezquita.
En Argelia, Túnez y Tripolitania, había en el siglo IV ya un gran número de obispos debido a una vida municipal muy activa.
Al principio del siglo V, un destacado obispo de Cimiez, San Valentín, instaló el grupo episcopal en los baños.
La poca profundidad del estanque (cincuenta centímetros), muestra que el bautismo se celebra por efusión y no por inmersión.
Más tarde, la domus se transformó en ecclesia y recibió las reliquias de San Mauro, que le dieron una gran importancia.
El primer complejo está formado por tres salas paralelas contiguas entre sí y dispuestas a lo largo de un eje Oeste-Este.
[78][79] La función de estos edificios exentos y cercanos a un templo, por lo general de planta circular, aunque los había también octogonales, correspondía a la administración del bautismo por inmersión, por lo que en su centro siempre se situaba una gran pila bautismal, pues en aquella época este sacramento se celebraba en personas adultas y por inmersión completa.
Los muros rectos parecen haber sido reforzados hasta la base de esta cúpula que remonta al origen del octágono.
Además, Crippa también propone una planta con un anillo o pasillo periférico que rodea todo el espacio interno a modo de deambulatorio.
Destaca por sus impresionantes mosaicos interiores, muy bien conservados, que muestran diferentes escenas bíblicas y temas iconográficos del cristianismo temprano.
Los primeros claustros donde se distribuían las edificaciones sin ningún orden específico aparecieron en Siria y Asia Menor.
Egipto despertó una intensa fascinación por sus miembros dispersos en el desierto, primero anacoretas completamente aislados, luego organizados en colonias y finalmente reunidos en monasterios por obra de Pacoma.