La planta resultante suele poseer simetría puntual, o acercarse a este modelo geométrico.
Un ejemplo cristiano inicial, que sirvió de modelo, fue la primitiva iglesia del Santo Sepulcro.
En el caso de la arquitectura templaria descrita por el estudioso del siglo XIX, Eugène Viollet-le-Duc, el polígono habitual es el octógono (planta octogonal).
En la arquitectura católica el baptisterio, templo construido en las ciudades donde habitaban los obispos, suele emplearse esta tipología.
Este tipo de plantas, una vez caído el imperio romano, se continuó en la arquitectura bizantina.