En origen eran un aula (o galería cubierta) romana y guarda la más extensa sala que haya llegado a los tiempos modernos desde la Antigüedad clásica.
Presenta un gran ábside semicircular, que albergaba el trono del emperador romano.
El tamaño y el lujo de sus edificios servían a los romanos para demostrar su pujanza.
Después de los saqueos sufridos por los pueblos germánicos, el edificio fue casi destruido.
En los períodos napoleónico y prusiano, el lugar sirvió de alojamiento militar.
La reconstrucción se hizo después de la guerra voluntariamente con mucha prudencia.