Construidas a inicios del siglo IV, durante el reinado de Constantino I el Grande, eran el tercer mayor complejo de termas del mundo romano.
Las ruinas de las paredes y cimentaciones todavía muestran el diseño original.
Los muros del caldarium (sala con piscina de agua caliente) son las mejor preservadas.
El espacioso frigidarium era usado para los baños fríos y la palestra, una área externa para los ejercicios, también era amplia.
La otra parte fundamental de las termas era el sistema de calefacción hypocaustum, en el que el aire era calentado por hornos y conducido por debajo del pavimento.