Se cuestiona si la obra pudo haber sido fuente del Cantar de mio Cid, aunque ambas obras parecen haber tenido en cuenta tradiciones orales comunes, que en este periodo de la historia producían una transmisión y fijación en los relatos folclóricos mayor que en la actualidad.
Desde Menéndez Pidal muchos investigadores (Falque Rey en su edición de 1990,[5] Fletcher[6]) han sostenido que la Historia Roderici fue compuesta por un testigo presencial de los hechos, quizá un acompañante del Cid, entre 1110 y 1125 y atribuyen la existencia de datos que solo son posibles en el último cuarto del siglo XII a las sucesivas adiciones que fue experimentando la obra.
Por fin, los capítulos 65 a 75 refieren los acontecimientos sucedidos entre 1097 y 1099, año de la muerte del Campeador.
[...] Historia del célebre castellano Rodrigo Díaz, llamado vulgarmente el Cid Campeador (Madrid, Blas Román, 1792).
[13] Desde 1852 el códice se custodia en la Real Academia Española de la Historia con la signatura ms.