Condado Portucalense

El nombre del condado viene del topónimo Portucale, con el cual desde el siglo IX se designaba una ciudad situada cerca de la desembocadura del río Duero, llamada Portus Cale, Puerto de Cale, que parece ser un híbrido formado por un término latino (Portus, puerto) y otro de lengua griega (καλός, transl.

La siguiente hipótesis afirma que la palabra cale o cala sería celta y significaría puerto, ensenada o abrigo, e implicaba la existencia de un puerto celta más antiguo.

[2]​ Data de este periodo la expresión tierra portucalense o provincia portucalense para designar un territorio distinto que era limitado al norte por la tierra bracarense, y al sur por el río Voga y tenía por centro la población de Portucale.

En la segunda mitad del siglo xi, se reconstituyó al Sur el condado de Coímbra (que incluía la ciudad del Mondego, y las tierras de Lamego, Viseo y Feira, que fueron entregadas al alguacil (jamás se autointituló «conde» en los documentos encontrados) Sisnando Davídiz, un mozárabe valido del rey Fernando I de León, que conquistó definitivamente la ciudad en 1064 (este condado se reincorporaría más tarde al Portucalense).

A estas alturas, la crudeza de las embestidas almorávides recomendaba la distribución de los poderes militares para reforzar así el territorio: un comandante en la zona central, encabezado por el propio rey Alfonso VI, otro, no oficial, dirigido por El Cid en Valencia, y el tercero en occidente, dirigido por Raimundo.

Raimundo tampoco consigue defender eficazmente la línea del río Tajo, y esa será una de las razones que atribuyen algunos historiadores modernos a la decisión tomada por Alfonso VI de reforzar aún más la defensa militar occidental, dividiendo en dos zonas las que inicialmente se atribuyó a Raimundo.

Viéndose en la condición de subordinados al rey, los condes o gobernadores tenían amplios poderes administrativos, judiciales y militares, y su pensamiento se orientaba, naturalmente, a la adquisición de una completa autonomía cuando, en el caso portugués, las condiciones fueran favorables.

Con el fin de aumentar la población y valorar su territorio, Enrique dio fueros y fundó villas en varias tierras, entre ellas Guimarães, la cual hace villa de burgueses, atrayendo allí, con varios obsequios, a muchos francos, sus compatriotas.

En Guimarães fijó su vivienda, en palacios propios dentro del castillo que allí se edificó el siglo anterior.

Ribera del Duero en Oporto.
Estatua de Vímara Pérez.
El Conde del Condado Portucalense, Enrique de Borgoña .