Su nombre tradicional es únicamente Lobera, pues hasta 1920 no se añadió al nombre de la población el del río que pasa junto a ella.
Lobera de Onsella es una localidad lingüísticamente fronteriza con los pueblos donde aún se mantiene la lengua aragonesa, ya que en la vecina población de Longás (Longars) de la que se separa 10 kms, todavía se conserva el aragonés.
Lobera está situada en un promontorio en el lado izquierdo de la Valdonsella (la Bal d'Onsella, en aragonés), por la que transcurre el río Onsella, que da nombre al valle y atraviesa el término municipal de este a oeste.
Los restos consisten en tallas de sílex y otros materiales difíciles de datar y que podrían corresponder con el neolítico tardío o con la Edad del Bronce avanzada.
Los hallazgos se encuentran repartidos entre la "Colección Labayen Galván" y en el museo de Pamplona.