Es posible que Aulo Varrón fuera el hijo del cónsul Cayo Terencio Varrón, que en el 216 a. C. fue uno de los comandantes en la batalla de Cannas contra Aníbal, y pudo escapar.
[5] Permaneció en su provincia luchando con éxito contra los suesetanos, una población ibérica que poblaba los valles centrales de Aragón.
[6] El imperium le fue prorrogado,[7] por lo que se quedó en Iberia hasta el año siguiente (183 a. C.).
Tito Livio cita su importante posición como procónsul y a veces como propretor.
[9] A principios de 182 a. C. terminó sus actividades militares en España y después de su regreso a Roma, como recompensa obtuvo el permiso para celebrar un triunfo menor, una ovación.