La geografía ha contribuido a este hecho de historia y política.
Sus inmensos campos de trigo tiñen de verde o amarillo el paisaje que, según se orienta al Ebro, a La Rioja se va cambiando por los viñedos.
Los ríos son pequeños arroyos que van a confluir a los tres principales de la comarca, el Tirón, Homino y Oca todos ellos afluentes del Ebro.
[3] A partir del siglo VIII, se conformó en la región una unidad política con entidad propia que se convirtió en el primitivo embrión del Condado de Castilla.
Superpuesta al condado se constituyó la merindad en el siglo XII.
La Merindad de la Bureba permaneció hasta el siglo XVIII dando personalidad a la entidad política.
La Reconquista dio paso a la repoblación por gentes llegadas del norte de la Península, no muy lejanos: campesinos, pequeña nobleza y hombres de iglesia.
Sin el peligro militar, los pueblos se agrupan alrededor de la iglesia, la fuente o el camino.