Esta ubicación, y el auge, en la Edad Media, del Camino de Santiago, por la vía de Bayona que enlazaba con la calzada romana XXXIV o Ab Asturica Burdigalam (Vía Aquitania) a la altura de San Millán, que fue el origen del Camino Francés, hicieron que Briviesca fuera creciendo poco a poco hasta llegar en su máximo esplendor en el Renacimiento.
Tendencia que, por la crisis económica comenzada en 2008, en los últimos años se ha visto interrumpida al perder una media de casi 100 habitantes por año.
Fruto de ese deliberado traslado es la casi ortogonal trama urbana que se puede observar en la conocida como "la bien trazada" por este hecho.
Es en este mismo siglo cuando se desvía la ruta jacobea directamente a la capital de la provincia, Burgos, lo que provoca en Briviesca un parón urbanístico muy grande.
Asimismo, Briviesca dispone de un polígono industrial llamado La Vega donde hay asentadas pequeñas y alguna gran empresas multinacional.
Es por eso que en muchas ocasiones se considera a La Bureba como el granero de Castilla y León.
Aunque la línea de tren Madrid-Hendaya se inauguró a mediados del siglo XIX, Briviesca no contó con estación hasta 1902.
Para ello se recurrió a un viejo tapiz que sobre verde musgo figuraba el escudo de la ciudad.
La administración de la ciudad se realiza desde la casa consistorial sita en la calle Santa María Encimera, 1, que fue remodelada en el año 2008.
Ha servido de hospital durante la Guerra Civil y antiguamente se llamó colegio Teresa Arce.
La iglesia, sobria en el exterior, quizá por estar en extramuros y servir también casi de fortaleza, guarda en su interior una sola nave con una gran bóveda octogonal.
Está organizado en tres calles y rematado por un calvario adaptándose perfectamente al ábside de la iglesia.
Actualmente está cedido por su propiedad al Ayuntamiento por un período de cincuenta años y en él se ubican diversas dependencias municipales.
En el año 2011, se peatonalizaron los cuatro lados que antes estaban abiertos al tráfico y permitían aparcar en ella.
Preside la fachada un balcón sostenido por angelotes en los ángulos y una figura mitológica al gusto rococó sobre la puerta de entrada.
En los primeros años del presente siglo fue restaurada por una entidad bancaria que ahora la usa como su sede en Briviesca.
Si te adentras en la plaza de Santa María y observas esta casa, podrás ver la magnífica linterna que da luz a las escaleras del edificio, recientemente restaurada.
Se denominó así, porque las condiciones indispensables para poder entrar en él eran ser "pobre, viuda y vieja".
En el parque se encuentran numerosas especies arbóreas y florales, como también un área de gimnasia para mayores.
Con el tiempo la modernización del campo hizo que este mercado se dejara de celebrar perdiendo también esta costumbre matrimonial.
Con el tiempo además de este acto, que es el central, se empezaron a organizar verbenas y conciertos siendo hoy en día una jornada totalmente festiva a la que se han añadido otros actos musicales deportivos y culturales.
Por varios aspectos se puede considerar importante, porque es la segunda ciudad de la provincia, tras la capital, que más pasos procesiona.
Finalmente Casilda quiso retirarse y se quedó viviendo en las cuevas que en el aquel paraje existen.
Tras la inauguración del juego en el santuario de Santa Casilda por la máxima autoridad existente se celebra en la campa exterior una gran paellada popular.
Son las fiestas mayores de la ciudad y en ese momento Briviesca llega a alcanzar una población que supera los 10 000 habitantes.
La ciudad se viste y se engalana de ambiente lúdico y destacan actos como el pregón, conciertos, las ocho peñas que ponen color a las fiestas con su más de 1500 socios, los encierros, la feria taurina, las verbenas, las macro-discotecas, los actos tradicionales, las misas, procesiones...
Se celebran todo tipo de actos culturales, lúdicos, deportivos, organizados en días temáticos dedicados a los niños, mayores y peñas.
En Briviesca como en muchos lugares es tradicional realizar una hoguera la noche más corta del año, la de San Juan.
Este producto, cuyos ingredientes son almendras, agua y azúcar, ya se elaboraba en el siglo XIX.
Además cuenta con instalaciones auxiliares como son una caseta para la bolera que se ha convertido en bar, un complejo de vestuarios inaugurado en 2010.