En las zonas forestales dominan los corzos, jabalíes, zorros, jinetas y gato monteses.
En la comarca se han encontrado numerosos vestigios prehistóricos que indican la presencia de asentamientos desde el Neolítico.
[4] Con la romanización en la zona, se dio la construcción de la calzada romana Ab Asturica Burdigalam (Astorga-Burdeos), o Iter XXXIV, que cruzaba el Ebro junto al núcleo de Deóbriga, ya que por aquel entonces el río debía tener zonas pantanosas.
Existían también otras vías de menor importancia que unían Deóbriga con Puentelarrá y Armiñón.
Se conoce la existencia de unos miliarios galos desaparecidos que debieron estar en las calzadas próximas a Ircio y Cabriana.
Varios eran los ermitaños que vivían en los mismos (San Formerio, Felices de Bilibio)...
Musa ibn Nusair llevó a cabo la invasión desde el Valle del Ebro hacia el oeste, por lo tanto Miranda quedó invadida en torno al año 714.
En la Crónica albeldense se menciona la famosa expedición que llevó a cabo Alfonso I, rey de Asturias por la ribera del Ebro en el año 757.
En dicho relato se refieren las localidades destruidas: Miranda (actual Miranda de Ebro), Revendeca, Carbonaria, Abeica (Ábalos, desde donde cruzó el Ebro), Brunes (Podría ser Briones pero no es del todo seguro), Cinissariam (Actual Cenicero) y Alesanco.
[5] Durante los dos siglos siguientes el entorno fue testigo de enfrentamientos entre cristianos y musulmanes.
La comarca sufrió numerosas embestidas por parte de Abderramán I hasta el siglo IX, cuando comenzó la repoblación llevada a cabo por campesinos y dirigida por eclesiásticos.
Actualmente se habla Idioma español-Español de España y en menor medida Euskera.
Durante la Alta Edad Media encontramos una aparición de topónimos euskéricos tanto en la comarca del Valle del Ebro como en la Rioja Alta, lo que se conoce como la teoría de la Vasconización tardía.