A pesar de la prosperidad y firmeza de Hudayl para extender su taifa en la primera mitad del siglo XI, ciertas fuentes desafectas aluden a su excesiva dureza e incluso crueldad.
A Hudayl I lo sucedió Abd al-Malik en 1045, que se vio obligado a pagar parias a Alfonso VI de León y Castilla para mantener su autonomía hasta 1086, año en que, a consecuencia de la derrota del rey castellano-leonés en la Batalla de Zalaca, Abd al-Malik dejó de pagarle parias.
Por esta razón Abd al-Malik fue atacado y derrotado por el Cid en Quart.
Con la proclamación del taifa, los Banu Razin eligieron el núcleo de población situado en el escarpado meandro del río Guadalaviar como centro de su nueva soberanía, transformándose en medina.
En particular, el promontorio rocoso situado en el centro del poblado servirá para levantar la alcazaba, que urbanísticamente alcanzará un gran desarrollo, tal y como han permitido reconocer las excavaciones arqueológicas recientes.