Con Alfonso II de Aragón el dinero jaqués mantuvo su ley; posteriormente, Jaime I el Conquistador la redujo, disminuyendo su grosor a la mitad.
[2] Hacia 1340 la ceca desde donde se emitía el dinero aragonés fue trasladada por Pedro IV el Ceremonioso a Zaragoza.
Con el establecimiento del poder franco en la Marca Hispánica se inicia en la península ibérica la acuñación de dinero navarro, aragonés y catalán.
Este sistema monetario fue adoptado por los condados de la Marca Hispánica y muchas otras zonas de Europa, llegando en el Reino Unido a mantenerse hasta fechas relativamente recientes.
Estos dineros fueron acuñados también en la Marca Hispánica y, por tanto, muy probablemente en el Condado de Aragón.
El reverso traía el mal llamado «árbol de Sobrarbe», en realidad una cruz sobre vástago con ramificaciones florales a sus costados, lo que Jaime I el Conquistador denominó «arbor ad modum floris» (árbol a modo de flor), lo cual comenzó a establecer la analogía y confusión posterior con la encina de Sobrarbe, y la leyenda ARA-GON o IACCA, aunque con Pedro I de Aragón aparecen también emisiones del Reino de Monzón con la leyenda MON-SON, acapto o conquista personal establecida en 1089 por el entonces príncipe Pedro.