[4] Huesca era una ciudad de importancia estratégica cuyo control otorgaba consistencia a los avances territoriales previos haciéndolos prácticamente irreversibles.
[5] Por ello Sancho Ramírez ya trató de tomarla en el año 1094, muriendo durante el asedio mientras inspeccionaba las murallas.
Esta conquista se extendió a «gran parte de la tierra llana altoaragonesa».
[11] Aunque las fuentes documentales emanadas por Pedro I en los meses siguientes habla de treinta o cuarenta mil muertos musulmanes, sin duda una exageración cargada de propaganda, no impide considerar, con todo, que las pérdidas sufridas por la taifa zaragozana fue lo suficientemente contundente para que, en los años siguientes, tanto el propio Pedro I como luego su hermano, Alfonso I, se movieran con bastante libertad por todo el norte del valle del Ebro.
San Jorge, con base en su presencia durante este combate, se convierte en el santo patrón de Aragón.