Normalmente, el papa concede (como ocurre en este caso) una prórroga hasta que designa al sucesor.Es muy probable que monseñor Rodríguez Plaza no reciba ya el birrete cardenalicio.Igual que también era habitual que los arzobispos toledanos no fueran trasladados a otra diócesis, con la excepción del cardenal que ordenó presbítero al actual arzobispo: el cardenal Tarancón, pues en 1971 el papa Pablo VI le nombró administrador apostólico de Madrid (al morir el prelado de la archidiócesis de Madrid-Alcalá).Poco después, el cardenal Tarancón es trasladado de Toledo a Madrid.[8] La sede episcopal de Toledo fue establecida, según la tradición, en el siglo I.La presencia del cristianismo en la ciudad de Toledo se remonta al siglo I, por lo que posiblemente la diócesis exista desde entonces, si bien la religión cristiana no se extendió hasta comienzos del siglo IV, en la época de la persecución del emperador Diocleciano en la que suceden hechos como el martirio de Leocadia.[17] Durante la invasión musulmana, los hispanorromanos sometidos por los musulmanes y que no huyeron a los reinos cristianos del norte, los mozárabes, mantuvieron la religión cristiana y, además, entraron en contacto con la nueva cultura de los conquistadores.[18] De hecho los cristianos seleccionaban y rechazaban lo que les interesaba.El clero cristiano llegó a ser trilingüe, pues aparte de aprender árabe, mantuvo su lengua romance y el latín en la liturgia.El rito mozárabe toledano o liturgia hispánica y el ambrosiano de Milán son los dos únicos antiguos ritos-liturgias del Occidente cristiano que siguen activos junto con el rito romano.Un prelado llamado Oppas ocupó el arzobispado, pero al recaer aún el título de arzobispo en Sinderedo se le consideró impostor y no se le incluye en la sucesión apostólica toledana.El rey Alfonso VI y los cristianos reconquistaron la ciudad de Toledo en 1085, devolviendo su antiguo poder a la archidiócesis.Las rentas de la primatura alcanzaban en esta época los ciento cincuenta y cuatro mil ducados.En aquella época, la catedral estaba servida por 70 canónigos y más de cien capellanes.Durante el resto de la Edad Moderna la ciudad sufriría un lento declive.Aunque la arquidiócesis conservó su rango primacial, gradualmente perdió territorios e importancia en beneficio de las diócesis vecinas.Sólo las diócesis de Cuenca y Sigüenza-Guadalajara han permanecido en la provincia eclesiástica.En 1931, el cardenal Pedro Segura fue expulsado de España por su oposición a la recién creada república española, quedando la sede toledana vacante durante dos años hasta el nombramiento de Isidro Gomá y Tomás como nuevo arzobispo.Además, según estadísticas oficiales, durante el curso 2018-2019, 67 eran los seminaristas que estudiaban en el Seminario Conciliar de San Ildefonso[32] y se ordenaron ocho nuevos sacerdotes y diez diáconos.
Francisco Cerro Chaves, actual arzobispo primado
Monasterio de Guadalupe
Provincia eclesiástica de Toledo hacia el siglo
XIX