El municipio está atravesado por el río Gévalo,[1] en cuyo valle se ubican la mayor parte de las pedanías -Robledillo y Navaltoril se encuentran enclavados sobre cerros-.
El toponímico "del Mazo" provendría de un artilugio que estos primeros productores de miel idearon para ahuyentar a los osos que acudían al reclamo de la miel: este consistía en un gran mazo movido por el agua del arroyo del Endrino, que producía un fuerte sonido rítmico.
Cuenta con tres naves, con acceso por la cara norte y un ábside.
En el interior existe azulejería renacentista talaverana, frescos románicos y barrocos, una pila bautismal posiblemente paleocristiana y un Cristo Crucificado barroco.
Piedraescrita cuenta con bastantes leyendas aludiendo a su fundación y su nombre.