Este mineral se extraía de un lugar cercano al pueblo, denominado La Mina, en la falda este del paraje conocido como Los Gijos, debido a las piedras desnudas que permanecen tras la extracción minera.
En el camino hacia La Iglesuela del Tiétar se encuentra la fuente Sabina, cuyo nombre viene de los hermanos Vicente, Sabina y Cristeta, nacidos en Talavera de la Reina en el siglo III y perseguidos por los romanos al ser cristianos.
Hacia mediados del siglo XIX, la villa tenía contabilizadas una población de 90 habitantes.
La bajada de población se debe a la mortalidad y al éxodo rural.
Destaca la Dehesa del Moro, de propiedad privada, por su extensión y actividad ganadera.
La alfarería, típica desde hace siglos y por la cual es conocido el municipio, como el pueblo de los botijos.