Eugenio de Toledo

Es llamado Eugenio II por los autores visigodos, pero los hagiógrafos hispanos posteriores a 1148 lo llaman Eugenio III a consecuencia de un erróneo desdoblamiento producido por la Passio sancti Eugenii (siglo IX), fundada en la Vita sancti Dyonisii de Hilduino.[3]​ Braulio, tras ser nombrado obispo de la sede zaragozana en 626, escogió a Eugenio para que fuera su arcediano.[4]​ Y como en el año 649 Eugenio fue nombrado arzobispo de Toledo por Chindasvinto, como muestra la carta del rey visigodo a Braulio, donde expresa su deseo de nombrar a Eugenio titular de un arzobispado en Toledo, Braulio, que veía en él a su sucesor en la sede cesaraugustana, se opuso sin ningún éxito.En cuanto a su actividad literaria, escribió libros de teología, epístolas y poemas.Señala Marcelino Menéndez Pelayo además el talante realista de quien se llamaba a sí mismo misellus Eugenius al ponderar las incomodidades del estío, a veces con gracia: Pero otras veces con una crudeza casi naturalista, cuando cuenta los quebrantos y achaques de la vejez.Eugenio trabajó sobre su Hexaemeron, fragmento del De laudibus Dei que circulaba por España, al que añadió una carta introductoria dirigida al rey, un prólogo en 25 hexámetros y una recapitulación de los siete días de la Creación (Monosticha recapitulationis septem dierum); además, corrigió y editó el texto draconciano, tanto el del De laudibus Dei como el de la Satisfactio escrita en el cautiverio, supliendo las lagunas y también suprimiendo algunos pasajes.Entre sus 103 poemas, destaca el Libellus diversi carminis metro (Libro de poesías diversas).También se le han adjudicado numerosos himnos; hay cierto consenso (no unánime) en atribuirle el de san Hipólito.