El municipio se encuentra situado en el llano de una vega en la orilla izquierda del río Tajo.
La administración municipal se componía de escribano, que era nombrado por la abadesa.
Hacia mediados del siglo XIX, la villa tenía contabilizada una población de 219 habitantes.
[1] Por entonces se dedicaba a la producción de trigo, cebada, garbanzos y habas.
En el municipio se encuentra la iglesia parroquial de Santiago Apóstol,[1] el dolmen prehistórico y el Pino Royo, símbolo de la fundación del municipio.