Los visigodos no dominaron por completo la península ibérica hasta finales del siglo VII.
Los alanos, un pueblo de origen iranio, los vándalos y los suevos ocupaban grandes territorios en Hispania.
Los dos primeros, con preeminencia de los vándalos, se trasladaron a África, donde crearon un Estado poderoso con centro en Cartago.
Su código legal, el Lex visigothorum (traducido al romance como Fuero juzgo), que se completó en 654, abolió la antigua práctica de aplicar leyes diferentes para romanos y visigodos.
Una vez cesaron las distinciones legales entre romani y gothi, fueron conocidos de manera colectiva como hispani.
Muchos nombres visigodos se usan aún en los idiomas modernos del castellano y el portugués.
El término «vándalos» puede estar equivocado y referirse en realidad a los victohali, porque alrededor del año 360 el historiador Eutropio narra que Dacia estaba entonces (nunc) habitada por los taifalos, victohali y tervingios.
[6] Las referencias contemporáneas a las tribus góticas usaban los términos Vesi, Austrogothi, Tervingi y Greuthungi.
La mayor parte de estudiosos han concluido que los términos Vesi y Tervingi se empleaban ambos para referirse a una misma tribu particular, mientras que los términos Ostrogothi y Greuthungi se utilizaban para referirse a otra.
Herwig Wolfram indica que las fuentes primarias no mezclan los nombres de los pueblos: estas mencionan, por un lado, la pareja tervingios-greutungos y, por otro, la pareja vesi-ostrogodos y no en otra combinación, aunque ocasionalmente se enumeran los cuatro nombres como Gruthungi, Austrogothi, Tervingi, Visi.
Que los tervingios fueran los visigodos y los greutungos los ostrogodos es algo que también indica Jordanes,[1] que identificó a los reyes visigodos desde Alarico I hasta Alarico II como los herederos del juez tervingio Atanarico del siglo IV y los reyes ostrogodos desde Teodorico el Grande hasta Teodato como los herederos del rey greutungo Hermanarico.
[8] Al este del Dniéster permanecieron los greutungos,[9] y en el Bajo Danubio los tervingios constituyeron junto con otros pueblos, como los taifalos o sármatas,[10] una confederación de pueblos que estuvo encabezada por un juez, Atanarico.
Hermanarico, ya anciano, fue gravemente herido en un atentado y se suicidó ante una inminente derrota, sucediéndole Vitimiro, cuyo intento de resistir a los hunos no tuvo éxito y él mismo resultó muerto, de modo que los gretungos fueron sometidos por los hunos.
Pero la explotación a que fueron sometidos por los funcionarios imperiales y por jefes militares romanos les creó una situación insostenible para su orgullo.
Estilicón, fue ejecutado en las revueltas posteriores al año 406 y el compromiso de Gala quedó sin efecto.
Alarico invadió Italia con su ejército, se dirigió hacia Roma e impuso como gobernante a un romano, Átalo.
Falleció a poco de intentar cruzar el mar y su sucesor, Ataúlfo, desestimó este intento y se volvió al norte, pero para buscar un acuerdo con Honorio, para servirle, se casó con su cautiva Gala Placidia en Narbona, el año 414.
El partido nacionalista romano, tal vez instigado por el gobierno de Constantinopla, acusó a Estilicón de preparar la entrega del Imperio a Alarico y urdió un complot.
Alarico invadió Italia por segunda vez y obtuvo nuevas concesiones de Honorio que se había establecido en Rávena pero, una vez que se retiraron los visigodos, Honorio no mantuvo sus promesas.
Alarico murió en el sitio de Cosenza (410) y le sucedió su cuñado Ataúlfo.
En 414 el rey Ataúlfo, que tras una alianza con Honorio y con el magister militum Constancio, había vuelto a actuar por su cuenta, se casó con Gala Placidia, hermana de Honorio que había sido raptada por Alarico.
Constancio logró desviar a Ataúlfo hacia Hispania (lo que le permitía conservar el sur de la Galia), y los visigodos entraron en la Tarraconense en 415.
Walia, su sucesor, trató de establecer a su pueblo en África, pero una tempestad dio al traste con sus intenciones.
Posteriormente Toledo (la antigua Toletum) llegaría a constituirse en la nueva capital visigoda de Hispania.
Su sucesor Recaredo se convierte al catolicismo y bajo su reinado tiene lugar el III Concilio de Toledo.
Con Recesvinto, se produjo la unidad legislativa bajo un único Código de Derecho, el Liber Iudiciorum.
Además, la crisis social y económica, llevaron al reino visigodo a una situación límite de control.
Las piezas están repartidas entre el Museo Cluny de París, la Armería del Palacio Real y el Museo Arqueológico Nacional, ambos en Madrid.De las coronas, la Corona de Recesvinto es la que más llama la atención por su orfebrería y belleza, con letras colgantes de la misma, en ella se puede leer «Reccesvinthvs Rex offeret» («El rey Recesvinto [la] ofreció»).