Jovino (en latín, Iovinus) fue un senador galorromano que se proclamó emperador de Occidente (411 - 413).
Jovino mantuvo su posición en la Galia durante dos años, los suficientes como para acuñar moneda, que lo muestra llevando la diadema imperial.
Allí fundaron un reino con la vieja colonia gala romanizada de Borbetomagus (actual Worms) como capital.
El final le llegó a Jovino cuando los visigodos comandados por Ataúlfo abandonaron Italia (por consejo de Prisco Atalo), aparentemente para encontrarse con él y llevárselo como rehén junto a Prisco Atalo (ya exemperador) y Gala Placidia, la hermanastra de Honorio.
Sebastiano fue ejecutado, y aunque Jovino huyó para salvar su vida, fue traicionado y capturado en Valentia (Valence) y llevado a Narbo (Narbona), donde Póstumo Dardano, el prefecto del pretorio (gobernador) de la Galia, que permanecía leal a Honorio, lo mandó ejecutar.