La guerra civil romana entre los años 406 y 411 fue un conflicto bélico que enfrentó al gobierno del Imperio romano de Occidente frente al usurpador Constantino de Britania y a este, por su parte, con Geroncio, quien era su principal general.
[8] Primero se rebeló la población de Britania ante el abandono en que habían quedado frente a ataques sajones mientras que en Armórica y las zonas donde se habían asentado los invasores del Rin, sus habitantes también formaron grupos de autodefensa que consiguieron expulsar a los invasores y a los funcionarios partidarios de Constantino.
[8] Los bárbaros optaron, entonces, por pasar a Hispania en otoño sin que las tropas estacionadas allí y dirigidas por Geroncio les hiciesen frente.
[10] Para inicios de 411 Constantino, con un ejército gravemente mermado, solo controlaba el este de la Galia y la frontera del Rin lo que fue aprovechado por Geroncio para invadir su territorio donde, primero, detuvo en Vienne a Constante quien intentaba llegar al norte para traer más tropas y luego sitió en Arlés al propio Constantino que solo pudo esperar a que su general Edobico volviese desde la frontera del Rin con un nuevo ejército formado por mercenarios francos.
[14] Las consecuencias de esta guerra civil para el Imperio occidental fueron desastrosas ya que dificultó gravemente su defensa frente a las dos grandes invasiones que sufrió durante esos años: la del Rin y la de Italia.
[15] El ejército, por su parte, sufrió un gran desgaste de tal manera que sus efectivos móviles se redujeron gravemente[16] lo que impidió a Flavio Constancio acabar completamente con los invasores quienes lograron formar sus propios reinos dentro del territorio imperial y dieron inicio, con ello, al proceso de su caída.
[17] Lo hicieron con una sucesión de usurpadores: Marcos al que dieron muerte, al poco, para elegir en su lugar a Graciano que se mantuvo en el poder hasta la primavera de 407 cuando, también, lo asesinaron para sustituirlo por Constantino.
[18] Los motivos de esta rebelión nunca han estado claros y son dos las explicaciones que se toman por factibles.
[25] El general consideraba de vital importancia su control ya que eran el principal área de reclutamiento para el ejército romano, de tal manera que se preparó para invadirlas con su ejército y no dudó en negociar con Alarico —quien había invadido Italia cinco años antes— para que participase con sus tropas en la campaña.
[28] No interrumpió sus planes ni envió al ejército italiano a la Galia sino que confió en que la actuación de los aliados francos fuese suficiente para detener a la coalición bárbara mientras que ordenó al magister equitum per Gallias que el principal grupo del ejército allí —los comitatenses— se trasladase al norte, cerca del canal de la Mancha, para hacer frente a las tropas britanas, si estas decidían cruzar, o para pasar ellos mismos a la isla en primavera y sofocar la rebelión.
[32] Se propuso crear una nueva dinastía que recordase a la constantiniana más ligada a la parte occidental del imperio que la teodosiana —ahora en el poder— y para ello cambió el nombre de sus hijos para quienes eligió los de Constante y Juliano, tal y como se habían llamado destacados sucesores de Constantino.
[32] También nombró a dos generales para que le ayudasen: Justiniano y Nebiogastes a la vez que envió una embajada a Honorio donde le comunicó que había asumido el cargo contra su voluntad y le pidió ser reconocido para compartir el gobierno del Imperio occidental como co-gobernantes.
[3] Constantino no les defraudó: consiguió restablecer la frontera del Rin, derrotó a un grupo de ellos en la provincia de Germania Primera, liberó las ciudades del noreste que habían caído en manos de los invasores —incluyendo las principales de Reims y Augusta Treverorum (Tréveris)— y se abrió paso por el valle del Ródano hacia el sur mientras que se declaraba a sí mismo como restitutor rei publicae.
[4] Quizá pensó que, una vez eliminados los dos principales generales, las tropas abandonarían a Constantino quien, meramente, era un soldado raso cuando fue proclamado emperador.
No sucedió así, porque el resto del ejército rebelde dirigido por Geroncio y Edobico marchó hacia Valentia dispuestos a liberarla.
[4] Saro, al ver su estrategia fallida y ante el riesgo de quedar atrapado sin tropas suficientes, abandonó el asedio y a finales del verano de 407 se retiró a Italia.
[39] Mediante ellos, aceptó que se instalasen en el oeste y noroeste de la Galia donde sus necesidades serían atendidas por los municipios.
[42] Sin embargo, ante el colapso del control imperial en la península, varios parientes de Honorio —Dídimo, Veriniano, Teodosiolo y Lagodio— consiguieron organizar una resistencia.
[43] Pudieron formar un ejército con algunas unidades regulares y milicias privadas formadas por sus campesinos, esclavos y clientes de tal manera que, con él, se hicieron fuertes en Lusitania, provincia donde se situaba la capital Emérita Augusta.
[44] Constantino vio, entonces, su posición amenazada en un doble frente: desde Italia, por Honorio, y desde Hispania por los parientes de este.
[46] Con él llevó a Dídimo y Veriniano quienes fueron ejecutados nada más llegar.
[49][50] Olimpio pudo, entonces, convencer al emperador para aprobar la ejecución del general lo que se llevó a cabo pocos días después: el 22 de ese mismo mes.
[8] Tras su partida hacia el continente, Britania había quedado sin tropas regulares suficientes para defender la isla lo que fue aprovechado por los sajones para navegar hasta allí desde finales de 408 y saquear, e incluso tomar, un buen número de sus poblaciones.
[66] En esta situación crítica, Constantino decidió que su mejor estrategia era un golpe de mano para acabar con su oponente quien, también, pasaba por su peor momento.
[67] Con su cómplice muerto y con el ejército visigodo cerca, Constantino decidió retirarse a Arlés donde se reunió con su hijo que llegaba derrotado de Hispania.
[12] Sus tropas se habían reducido mucho desde sus primeros momentos en la Galia hacía casi dos años y decidieron buscar refuerzos en el norte.
[68] Cuando se inició el año 411 Geroncio, por su parte, quiso aprovechar la débil situación de Constantino e invadió la Galia.
[69] Su primer objetivo fue evitar que Constante consiguiese llegar al norte para movilizar a las unidades fronterizas y para ello, se dirigió hacia el valle del Ródano para interceptarlo.
Cuando Flavio Constancio capturó a Constantino y reunió bajo su mando a todo el ejército imperial, los efectivos tuvieron que haberse reducido mucho porque ya no se enfrentó directamente contra los invasores.
[15] Cuando se produjo esta nueva usurpación, Flavio Constancio ya había regresado con el ejército a Italia para protegerla debido a que los visigodos marcharon hacia el norte y no pudo hacerle frente.