Puede decirse que, en todo caso el proceso tuvo lugar entre los años 383 y 410.
En ese año, las tropas romanas situadas en esas zonas se retiraron para no volver.
Estos emperadores mantenían el poder político mediante alianzas por los matrimonios con otras dinastías y, al mismo tiempo mediante la participación en las luchas de poder internas y combatiendo a candidatos externos (llamados "usurpadores") que trataban de reemplazar la dinastía gobernante.
Estas maquinaciones internas habían debilitado al Imperio distrayendo valiosos recursos militares y civiles.
La relación histórica del Imperio con los pueblos germanos había sido unas veces hostil, otras de cooperación, pero finalmente resultaron fatales, ya que el imperio no pudo evitar que las tribus asumieran con el tiempo un papel dominante en la relación.
[6][7][8][9] Máximo realizó una exitosa campaña contra los pictos y los escotos,[10][11] aunque los historiadores difieren sobre si esto tuvo lugar en el año 382 o 383.
Teodosio fue sucedido al año siguiente por su hijo Honorio en el trono de Occidente.
[19] Mientras tanto, pictos, sajones y escotos continuaban sus ataques, que pudieron incluso verse incrementados.
[23] En 407 Constantino se puso al frente de las tropas que aún quedaban en Britania y las llevó a Galia, donde buscó apoyos y se proclamó emperador de Occidente.
Los germanos ubicados al oeste del Rhin se levantaron contra él, quizá apoyados por los lealistas romanos,[26][27] y los que se encontraban al este cruzaron el río y entraron en la Galia.
Una última llamada de auxilio por los britanos fue, según Zósimo, rechazada por el emperador Honorio en 410.
Por su parte, Constantino III no era un candidato de entidad para el trono de Roma y en 411 su causa cayó en desgracia, y tanto él como su hijo fueron asesinados, junto a sus partidarios.