Hacia el siglo XIV esta técnica del esmaltado había llegado a China, donde pronto fue utilizada para decorar grandes contenedores y vasos.
El cloisonné es originario del antiguo Cercano Oriente, donde se lo usaba en joyería en piezas muy pequeñas tales como anillos, usando alambre delgado para formar los alvéolos.
[3] En Egipto se utilizaban tanto piedras preciosas y semipreciosas como también materiales tipo esmalte a veces denominado "pasta de vidrio".
[5] El cloisonné con pasta de vidrio se fabricó en los mismos períodos con resultados similares, por ejemplo compare los adornos en oro anglosajones con granates (a la derecha) y el broche visigodo con pasta de vidrio en la galería.
[7][8] A veces los alvéolos eran rellenados con diferentes materiales tales como piedras partidas o vidrio y esmalte mezclados para decorar el objeto, como se observa en la tapa del monedero de Sutton Hoo.
A partir del siglo VI, el arte bizantino comenzó nuevamente a utilizar alambre más delgado para permitir la realización de diseños mucho más complejos, con mayor número de alvéolos menos geométricos, lo cual solo era posible utilizando esmalte.
[11] Estos trabajos todavía se realizan en objetos pequeños, aunque en algunos casos se juntaban varias placas para formar un objeto más grande, tales como la Pala de Oro, la pieza del altar en la Catedral de San Marcos, Venecia.
[13] Desde Bizancio o el mundo islámico la técnica llegó a China en los siglos XIII-XIV; la primera referencia escrita se encuentra en un libro de 1388, donde es denominada "Objeto Dashi ('Musulmán')".
No ha sido posible identificar objetos chinos del siglo XIV, la piezas más antiguas corresponden al reinado del emperador Xuande (1425–35), las cuales sin embargo muestra un uso acabado de los estilos chinos, lo que indicaría una experiencia considerable en la técnica.
[14] Inicialmente fue recibida con desconfianza por los cultores del arte chinos, por ser extranjero, y por parecer estar orientada al gusto femenino.
Sin embargo desde principios del siglo XVIII el emperador Kangxi contaba con un taller de cloisonné entre las numerosas fábricas imperiales.
Las piezas chinas más elaboradas y preciadas son de comienzos de la dinastía Ming, especialmente los reinados del emperador Xuande y el emperador Jingtai (1450–57), aunque las piezas del siglo XIX o modernas son mucho más frecuentes.
La industria china parece haberse beneficiado con el aporte de varios refugiados bizantinos que huyeron en la Caída de Constantinopla en 1453, aunque solo basado en el nombre, es mucho más probable que los chinos adquirieron este conocimiento del Medio Oriente.
En gran parte del cloisonné chino el azul es el color predominante, y la denominación china de la técnica es, jingtailan ("objetos Jingtai azules"), que se refiere a este hecho, y al emperador Jingtai.
A veces el cloisonné chino es confundido con el esmaltado cantonés, un tipo de trabajo de esmaltado similar que se pinta a mano y donde no se utilizan particiones para separar los colores.
El metal que por lo general se utiliza para producir el cuerpo es cobre, dado que es barato, liviano y es fácil de trabajar y estirar, pero se pueden utilizar oro, plata u otros metales.
El esmalte en los alvéolos se reduce mucho durante la cocción, a causa de la fusión y encogimiento por la naturaleza granular del polvo de vidrio, en forma similar a lo que pasa al fundir azúcar en un horno.