[1] Este color está comprendido en los acervos iconolingüísticos tradicionales de las culturas asiática, europea, norteamericana y mesoamericana.
[4] La turquesa, como gema, era muy apreciada en tiempos antiguos en norte y Centroamérica, siendo objeto de un activo comercio entre diferentes pueblos.
[5] Asimismo, un texto náhuatl dice que la casa del dios Quetzalcóatl tiene «travesaños color de turquesa», sugiriendo que el color, y no sólo la piedra homónima, tenía un valor simbólico asociado con la nobleza y con lo divino.
Aunque se usó para pintar todo tipo de superficies, algunos antropólogos consideran que pudo desempeñar un papel simbólico en las ceremonias relacionadas con Chaac, el dios de la lluvia, al representar al agua.
El turquesa que suele verse en pinturas para artistas es típicamente diferente del estándar.