Sin embargo, tampoco resulta extraña la identificación con su antiguo nombre, Libora, que habría evolucionado tal vez de la forma Libora > Lorba > Corva, y de aquí a su nombre actual.
También podría significar "caserío curvo, no derecho, el que llegaba por camino torcido".
Antes de su actual nombre se denominó "Villacarrillo" tras ser la villa adquirida por Juan Carrillo.
En el año 181 a. C. el pretor Quinto Fulvio Flaco, ante la rebelión de algunos pueblos celtíberos, montó su campamento en Ebura, la que después sería Libora.
A mediados del siglo XIX contaba con 175 casas y el presupuesto municipal era de 8 a 9000 reales que se cubría con la producción de distintas fincas comunales y los impuestos municipales.