Tras este hecho, el pueblo empezó a llamarse «Santa Cruz entre Zarzas», y de ahí evolucionó al nombre que hoy tiene.
Otro dato a favor de esta hipótesis serían los espesos encinares conservados en las cercanías del municipio.
Los habitantes del municipio tienen el gentilicio de santacrucero/santacrucera o santacruceño/santacruceña, aunque este último no se utiliza.
[9] En Santa Cruz de la Zarza hay una riqueza natural muy importante, con hábitats únicos que han sido definidos como prioritarios por las directivas europeas.
[13] Por todo el término hay numerosas cuevas, deshabitadas en su mayor parte, y un gran número de encinares, de gran valor medioambiental son las encinas centenarias del llamado «Monte Ocaña» en la parte sur del término municipal.
[10][11][12] Por su término municipal abundan las especies de caza menor como perdices, conejos y liebres.
Este clima no recibe la influencia del mar, por lo que las temperaturas son mucho más extremas.
Los inviernos son frescos, con temperaturas medias inferiores a los 5 °C, heladas nocturnas muy frecuentes y nevadas ocasionales (tres o cuatro al año).
Las precipitaciones no son muy abundantes y siguen un patrón muy parecido al del clima mediterráneo típico.
La actividad ganadera también está presente en la economía santacrucera, sobre todo la relacionada con el ganado ovino y caprino.
Mención especial merecen los quesos manchegos que se elaboran en el municipio y premiados entre los mejores de Castilla-La Mancha.
Tenía el chasis de una camioneta Ford a la que se le puso carroza en una carpintería del municipio.
La guarnicionería está presente con magníficos trabajos en cuero aplicados al mundo ecuestre: cinturones, delantales, sillas de montar y arneses para caballos.
También el esparto y la forja son actividades manufactureras artesanas en Santa Cruz de la Zarza.
Los datos relativos a junio de 2008 indican que hay 121 personas inscritas al paro en el municipio, 44 hombres y 77 mujeres.
Fue edificada sobre la pequeña iglesia que los caballeros santiaguistas mandaran construir hacia 1180 y donde el prior santacrucero, Juan de Velasco, fundara dos capellanías.
La Capilla Mayor se debió hacer hacia 1593 por los mismos maestros que el resto del edificio.
Como la iglesia de Santiago, sufrió la destrucción del Retablo Mayor durante la guerra civil española.
La Casa Chacón destaca por su portalón adintelado y un gran blasón que se eleva sobre la cornisa del edificio.
En la planta baja, en todo lo que componen los calabozos, su construcción puede datar de los siglos XV o XVI.
El edificio del Pósito está situado en la calle Mayor y fue utilizado como biblioteca municipal durante muchos años.
Esta afición se ha plasmado en una profusión de bandas, rondallas y otras agrupaciones musicales.
Ambas bandas contaros desde sus inicios con directores profesionales, como los mencionados Pedro Ortiz, Anastasio Bertolín y Abel Rivas Arias, que dieron un gran esplendor a la música en Santa Cruz de la Zarza.
Tras este período, Joaquín Arias Loriente se convirtió en director de La Filarmónica, permaneciendo en el cargo hasta 1992.
Estas piezas populares suelen ser acompañadas por grupos instrumentales como guitarras, laudes o bandurrias.
Entre las piezas locales destacan: las labradoras, canciones de quintos, villancicos, coplas, mayos, jotas, seguidillas, etc.
El Carnaval santacrucero tuvo mucha importancia en la comarca a finales del siglo XIX.
Esos equipos jugaban entre sí, pero después se hacía una selección para los partidos del Santa Cruz.
En marzo de 1961, se realizó un trofeo local triangular entre estos tres equipos, y resultó campeón el Betis.
Destacan los platos relativos a la caza, en especial la liebre, como su principal protagonista en las más diversas preparaciones.