Se emplea en la gastronomía hispanoamericana, principalmente argentina, chilena, costarricense,[4] mexicana, peruana, puertorriqueña y uruguaya.
[7] Entre los historiadores, se ha sostenido que este dulce favoreció la colonización española en América debido al alto contenido de vitamina C en la fruta, lo cual previene el escorbuto, pero esta afirmación ha demostrado ser falsa, debido a que la necesaria y prolongada ebullición en la preparación del dulce destruye esta vitamina, y su contenido resultante es prácticamente nulo.
El procedimiento usual para su elaboración consiste en tomar los frutos de membrillo y cocerlos troceados.
En las gastronomías puertorriqueña y española del norte, se sirve a menudo con las tapas de queso.
Además, este dulce es típico en las ciudades peruanas de Lambayeque,[10] Paracas[11] y Zaña.