Pero la que muchos consideran como la primera película deliberada de terror fue realizada en 1910 por J. Searle Dawley para los Edison Studios (en Estados Unidos).
Lon Chaney se consolidaría en el cine mudo como especialista en interpretar a personajes deformes.
Hay que mencionar obligatoriamente a los tres grandes iconos de la Universal: Béla Lugosi, Boris Karloff y Lon Chaney Jr.
Por último, en 2020, Leigh Whannell resucitaría a un monstruo clásico olvidado en El hombre invisible, dándole una interesante vuelta de tuerca.
Es interesante mencionar la película Pacific Rim (2013), donde el mexicano Guillermo del Toro hace un homenaje al subgénero kaiju.
Argentina y México son los dos países iberoamericanos que más han sobresalido en el cine de terror.
La argentina-estadounidense Extraña invasión (1965), Placer sangriento (1967), La bestia desnuda (1967), La venganza del sexo (1971), Sangre de vírgenes (1974) y Sucedió en el internado (1985).
Dario Argento ya se había alejado del subgénero con la que muchos consideran su obra maestra: Suspiria (1977), con cierta unidad de estilo respecto a sus obras anteriores pero abrazando lo paranormal, como haría con la secuela Inferno (1980).
Romero) fue Lucio Fulci, con Zombi 2 (1979), Paura nella città dei morti viventi (1980), El más allá (1981) y Quella villa accanto al cimitero (1981).
En 1962 realiza la película que dio pie al crecimiento y consolidación del terror en España: Gritos en la noche (1962), film de asesinos en serie.
Además, entre su filmografía podemos encontrar películas españolas, francesas, italianas, portuguesas, alemanas, suizas, belgas y de Liechtenstein.
En segundo lugar encontramos la carrera de José Ramón Larraz, que ya había dirigido varias películas en la época dorada del fantaterror.
Esta última, junto con El orfanato (2007) de Juan Antonio Bayona, grandes éxitos comerciales a nivel internacional.
Este personaje se consolidaría con las exitosas y numerosas secuelas como un villano al nivel del monstruo de Frankenstein o Drácula.
En contraposición a los asesinos silentes como Michael Myers o Jason Voorhees encontramos a Freddy Krueger (interpretado siempre (excepto en la versión) por el actor especialista en el género Robert Englund), y a Chucky, de Child's Play (1988) de Tom Holland, sádicos y perfectamente conscientes de sus actos, el primero con la cara quemada, vestido con un sombrero y un jersey navideño y armado con un guante con cuchillas, el segundo, un muñeco poseído por un asesino en serie sin arma predilecta; no matan por instinto sino por placer.
Las características principales del filme slasher suelen ser: un psicópata (muchas veces enmascarado) y normalmente con arma blanca asesina a determinados jóvenes aislados que están envueltos en drogas y sexo, sobreviviendo normalmente solo la llamada final girl, que suele ser la más inocente.
Hay que decir que con la llegada de la decadencia del subgénero y en la actualidad los tópicos del slasher se han diluido, existiendo muchas películas con influencias importantes y algunas claves pero abandonando otros tópicos de este.
Además, nadie controla a los muertos vivientes, son seres sin raciocinio cuya única misión es alimentarse ininterrumpidamente.
Por otro lado, Andrea Bianchi, director de la británica Diabólica malicia (1972) y Desnuda ante el asesino (1975); realiza en 1981 La noche del terror.
En cuanto a Francia, también aportó la temática zombi, sobre todo de la mano del especialista en el género Jean Rollin.
Se la considera la primera película de zombis en la que estos corren, cosa despreciada por especialistas en el subgénero como George A.
Se considera cine gore a aquellas películas en las que la violencia explícita, los asesinatos, las torturas y el mutilamiento representan lo más importante del filme.
En segundo lugar, Olaf Ittenbach dirige Pasado negro (1989), The Burning Moon (1992), Premutos, el ángel caído (1997), Antropophagus 2000 (1999), La legión de los muertos (2001), Beyond the limits (2003), El jardín del amor (2003), Chain Reaction (2006), Dard Divorce (2007), No Reason (2010) y Savage Love (2012).
Podemos mencionar Shogun's Sadism (1976) de Yuji Makiguchi como una película anterior a la explosión del gore japonés.
Más adelante, hay que mencionar a cuatro especialistas en el subgénero: Hisayasu Sato, Sion Sono, Shinya Tsukamoto y Yoshihiro Nishimura.
Del primero hay que destacar Himitsu no hanazono (1987), Bôkô honban (1987), Iyarashii hitazuma: nureru (1994), Nekeddo burâddo: Megyaku (1995), Rampo jigoku (2005) y Hanadama (2014).
Del cuarto: Tôkyô zankoku keisatsu (2008), el mediometraje 63-fun-go (2009), Kyûketsu shôjo furanken (2009), Nihon bundan: Heru doraibâ (2010), Sentô shôjo: Chi no tekkamen densetsu (2010), un episodio de la estadounidense-neozelandesa The ABCs of Death (2012), la canadiense The Profane Exhibit (2013) y Kodoku: Mîtobôru mashin (2017).
Destacan las películas de Hideo Nakata, como Ringu (1998), que inició una saga con varias secuelas, Dark Water (2002) o Kaidan (2007), entre otras y las de Takashi Shimizu, como Marebito (2004) y Rinne (2005), entre otras, pero sobre todo Ju-on (2000), que inició una saga con numerosas secuelas, siendo Ju-on: The Grudge (2002) la primera en ser estrenada en cines.
Entre muchas otras, destacan las películas de Kong Su-Chang, como R-Point (2004) y The Guard Post (2008).
También es importante decir que grandes maestros del cine como Bong Joon-ho y Park Chan-wook han incursionado en el género.