Estudió Bellas Artes para luego dedicar su vida al cine, primero como camarógrafo y luego en calidad de director de fotografía.
Sus siguientes trabajos dieron inicio a una nueva corriente cinematográfica: el giallo.
Generalmente se considera a Seis mujeres para el asesino la primera muestra de esa corriente, siendo él y Dario Argento los directores más representativos de ella.
En sus últimos años, Mario Bava volvería al cine de terror y fantástico.
Su última película fue Shock, antes de fallecer por un paro cardiaco.