Es posteriormente, cuando estudia cine en el instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, recién fundado en Madrid, cuando se plantea dedicarse al mundo del celuloide.
Es el más politizado de las Tres Bes del cine español (Bardem, Berlanga y Buñuel).
[2][3] Bardem rodó algunas de sus películas en el extranjero, en países como México (Sonatas), Argentina (Los inocentes) o Bulgaria (Advertencia).
Tuvo también vínculos profesionales con Italia y con Francia, países con los que realizó coproducciones rodadas en territorio español.
La excepción sería El puente (1977), en la que, a través de ofrecerle un personaje atípico al actor Alfredo Landa, intentaba deshacer el discurso cinematográfico del landismo.
Poco antes había escrito un libro de memorias titulado Y todavía sigue.
La editorial Cátedra reeditó sus memorias, con un nuevo diseño de portada, incorporando un prólogo y varias notas del crítico Carlos F. Heredero.