Veneno para las hadas
Verónica es una niña huérfana que vive en una villa en ruinas con su abuela inválida y su niñera supersticiosa.La tímida y solitaria Flavia, que proviene de una familia muy rica, llega como nueva alumna.Flavia, quien ha sido criada como atea, se muestra escéptica ante las afirmaciones de Verónica, pero también temerosa.Temiendo que las brujas le saquen los ojos, Flavia renuncia a su querida mascota.El control que Verónica ejerce sobre Flavia ha llegado a un punto crítico, pero aún hay tiempo para romperlo.Cuando Verónica se encuentra en la parte alta del establo del rancho preparando el veneno para las hadas y Flavia está en la parte de abajo observándola, la sombra de Verónica se convierte en una bruja ante los ojos de la incrédula Flavia, quien, presa del terror, quita la escalera y dejando caer una vela encendida sobre un montón de paja, prende fuego al establo (su padre le había contado anteriormente que en la antigüedad las brujas eran quemadas en la hoguera).Además, el guión es bastante coherente y deja que los personajes hablen de manera verosímil.Las dos niñas recurren a los cuentos de hadas para navegar por su infancia y desafiar al mundo que las rodea.Si agregamos a la fórmula una inflamada imaginación, el abandono pueril, locaciones coloniales melancólicas, música que eriza la piel, brujería y superstición, tenemos Veneno para las hadas, quizá la mejor película de terror psicológico que se ha hecho en la historia del cine mexicano.