Se denomina magia negra a aquellos actos de liturgia mágica cuya naturaleza, métodos u objetivos no son comúnmente aceptados por la sociedad donde se producen, y que en general tienen un fin personal, egoísta, y propio sin pensar en las consecuencias sociales o públicas.
[1] La magia negra es el conjunto de recursos destinados a conseguir poderes extraordinarios con la explícita voluntad de dominar o controlar la naturaleza o a otras personas.
En los comienzos de la historia no había un límite entre magia, ciencia y religión.
[2] La magia negra es aquella que se usa en perjuicio de un individuo o para dañar al mundo en su totalidad: sus adeptos no solo buscarían afectar a la sociedad, sino alterar todo tipo de materia orgánica o inorgánica.
Esta ley implica que cualquier error que pueda cometer un practicante de magia negra volverá con toda su fuerza destructiva multiplicada por tres.